❀ Capítulo 4 ❀

137 20 4
                                    


Su compañero de trabajo y Rodrigo estaban desayunando en la propia cafetería del hospital mientras intentaban hablar de algo solo para olvidarse de todo el trabajo que les venía por delante. Tan solo con pensar en esa palabra, el ojiverde ya quería resoplar y quedarse dormido para siempre. Sumando que aquella semana le habían dado mucho trabajo y le quitaban mucho tiempo para realizarlo, llevaba unos tres días como si de un muerto viviente se tratase.

-¿Que tal con ese chico?

La mente de Rodrigo despertó de su pequeño trance al oír esas palabras.

-¿Huh?

-Ya sabes, el que te volvió loquito por unos días...

Algo dentro del castaño hizo click, recordando a quien se refería y poniendo cara de indiferencia sobre el tema que había sacado su amigo. 

-Tomás, ya te dije que solo es mi paciente.

Una mueca de desacuerdo fue hecha por el más alto.

-Ajá. Yo también me pasé una mañana entera queriendo dormirme porque estuve hablando con mi "paciente" a altas horas de la madrugada.

El castaño se limitó a rodar los ojos sin importancia. 

- Lo que quieras.-Dijo indiferente al tema, intentando que su nervio no le explotase ya que Tomás llevaba varios días insistiendo en el tema de conversación-.

De verdad que a veces su amigo podía irritarlo.

¿Como si quiera pensaba eso? La relación que ellos dos tenían era tan solo de paciente y doctor, y dudaba que alguna vez fuesen a ser algo más que eso. No iba a mentir,  el chico era bonito y simpático cuando quería. No le desagradaba para nada, pero sus pensamientos no iban más allá que el trabajo que se le había encargado. 

Trabajo. Eso. Trabajo.

-Lo que yo quiero es que duermas.-Respondió el contrario con una cara de preocupación-. Parece que estés muerto.

-Jaja, muy...gracioso. 

-Lo soy, pero no estoy de broma. Últimamente te estás cayendo del sueño en todos los turnos y la verdad, me preocupa. Antes esto no te pasaba, siempre estabas dando saltitos por aquí y por allá como un niño pequeño, y simplemente de un día para otro puedes quedarte dormido en cualquier lugar...-Tomás levantó su mirada solo para ver como su amigo empezaba a cerrar sus ojos con total tranquilidad.-¿Rodri? ¡Rodrigo! ¿¡Ves lo que te digo!?

-¡Ah! L-lo siento...solo...-Nuevamente, su cuerpo empezaba a ceder, cayendo lentamente sobre la propia comida servida.-Solo un poco más... porfa...

-¡No!-Vociferó el contrario a la misma vez que daba un golpe en la mesa, ahora sí obteniendo la atención del castaño-. 

-¡Perdón, perdón!-Se disculpó intentando que su amigo no montase una escena-. Es que- n-no están siendo muy flexibles conmigo que digamos. Es...demasiado.

Tomás suspiró a medida que relajaba su expresión, ahora cambiando la de enfado por una de preocupación, doblando sus cejas y haciendo una mueca con su boca.

𝙷𝚊𝚏𝚎𝚏𝚘𝚋𝚒𝚊 - 𝚁𝚘𝚍𝚛𝚒𝚟𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora