Si tan solo hubiéramos dado un paso más, tal vez aquella caída jamás hubiera ocurrido y tendríamos una cicatriz menos en el cuerpo.
Si nos hubiéramos abrigado correctamente esa tarde de invierno, ese resfriado habría sido menos intenso.
Tal vez, si hubiéramos pasado más noches estudiando, en lugar de ver televisión, esa calificación fallida hubiera sido una aprobatoria.
Si nos hubiéramos puesto bloqueador cuando fuimos a la playa, tal vez no habríamos terminado con el cuerpo rojo como tomate.
Puede que, si hubiéramos comido uno o dos chocolates menos, esa indigestión no habría sucedido.
Si tan solo hubiéramos sacado una carta diferente, el juego de poker sería nuestro.
Tal vez practicando un poco más, solo un poco más, habríamos metido ese gol que tanto queríamos.
Quizás, si hubiéramos sabido manejar nuestras emociones aquel día, no habríamos hecho tanto daño con nuestras palabras.
A lo mejor, con un poco más de esfuerzo, aquella noche esa relación no hubiera terminado tan mal.
Si tan solo no nos hubiéramos quedado dormidos, habríamos llegado temprano a aquella entrevista de trabajo.
Tal ves, si no hubiéramos dado ese mal consejo, esa vida se hubiera salvado.
Puede que, con un poco más de atención, hubiéramos visto el cambio de luz verde a rojo, hubiéramos frenado a tiempo.
Si tan solo pensáramos más en el ahora, que en el hubiera, no tendríamos tantos arrepentimientos.