El tiempo no calma el tormento que sentí al verte partir. Porque, incluso si creímos ser el uno para el otro, jamás nos pertenecimos realmente.
El tiempo no calma el tormento que sentí al verte partir. Porque el mar me recuerda constantemente a ti. Tan calmado y hermoso, pero capaz de arrasar salvajemente con cualquier navío.
El tiempo no calma el tormento que sentí al verte partir. Porque en el atardecer veo tus ojos, que iluminan todo a tu alrededor, incluso mi oscuro corazón.
El tiempo no calma el tormento que sentí al verte partir. Pero es curioso, ya no recuerdo el sonido de tu voz, y aún así siento mi cuerpo temblar al pensar en tu risa.
El tiempo no calma el tormento que sentí al verte partir. Pero está bien, porque ese tormento me recuerda que no fuimos un sueño y que a pesar de todo, tus besos si fueron míos.