Destinos ﻌ [Chanmin] ☑︎

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Las tardes se volvieron distintas, lo veía a la distancia saludando o jugando con sus amigos en el curso, pero cuando me veía, me mostraba esa sonrisa y saludaba, a veces se me acercaba y hablabamos sobre nosotros, sobre las clases, y resulta que, teníamos mucho en común.

Había muchas cosas que, si yo las mencionaba, el también las conocía, incluso al revés, casi cualquier cosa que me mencionará, era algo que yo ya había conocido antes.

Hubo mucho que dijimos que haríamos juntos, leer libros, cómics, incluso componer una canción, de hecho, la empezamos.

—Algo como... —pensé mirando el cielo de esa tarde libre—, ¿el sol?

—¿Y la Luna? —me sonrió, y yo lo miré, tan lindo como siempre.

—La Luna solo puede brillar gracias al Sol y porque es capaz de amarlo—reí—, es solo una idea.

—Me gusta, escribamos eso.

Y lo escribimos.

—Ahora que vea la Luna —me sonrió—, pensaré en tí, Seung.

Solo espero que no haya visto lo rosadas que se pusieron mis mejillas en ese entonces.

Las vacaciones llegaron, los cursos también pausaron y era complicado verlo, solo podíamos hablar por mensajes y a veces deseaba conversar todo el día, conocerlo aún más, pero comencé a sentir miedo.

¿Me gustaba? Aceptó que era así, me gustaba Chan, me gustaba Bang Chan, pero tenía miedo, ¿y sí yo no? ¿Y sí me rechazaba?

Lo comenté a mi mejor amigo, al único de mi lado.

—¿Él te ha hablado de su orientación? —me decía, viendo el espectáculo de esa noche.

—Sí, me contó que solo ha sentido interés en hombres, por eso me siento más extraño.

—¿Crees que tienes oportunidad?

—No lo sé, quizá —respondí, dejando caer mi cabeza sobre el hombro de mi amigo, viendo como salía otro grupo de adolescentes para bailar otra canción.

—No te recomiendo eso —me miro, lo sentí, pero no lo ví—, sabes que pasó cuando intenté salir con alguien menor que yo, esa chica me engaño por ir a otra escuela, me ayudaste en esto.

—Lo sé, lo sé —suspiré—, pero quizá él sea diferente.

—Te lo advierto porque no quiero que salgas lastimado.

—Gracias por cuidar de mí, pero estaré bien.

Quizá debí tomar más en serio ese consejo, ese sabio consejo de mi mejor amigo.

Poco a poco me sentía más ansioso, pensaba en que me pasaría si el sentimiento en mí seguía creciendo sin tener un límite, si no lo detenía, estaba seguro que después sería difícil de controlar.

Y preparé un texto.

Me gustaba escribir, no tanto como componer, pero era un buen pasatiempo y a veces creaba historias para después componer canciones que les fueran representativas, por lo que tenía experiencia.

Escribí algo sencillo, algo que tuviera todo lo que deseaba expresar y no fuera pesado para él.

Logré hacer que nos viéramos, estábamos frente a frente y extendí un sobre azul. Él lo tomó con cuidado e intento abrirlo.

—Háblame cuando tengas una respuesta —le dije—, no la leas frente a mí, me avergüenzo.

Él solo asintió y yo me fuí, estaba muriendo de la vergüenza.

 

 
El texto decía:

 

El tiempo solo hacia que su corazón consumiera el tiempo en comprender ese deseo de mantener cerca a esa persona, a alguien que recién conocía, a quien podía considerar un extraño, fue solo cuestión de tiempo entrar tanto en él, para amarla, para sentir que había llegado en el momento justo, pero quizá solo era una excusa de ese sentimiento nacido en él, pero no estaba seguro.

Solo pensaba en una forma de hacer que su corazón dejara de sentirse asfixiado, de detener ese sentimiento que lo podría llenar de dolor. Quería que su corazón evitara sentirse alegre al escucharlo o verlo simplemente, dejar de emocionarse cuando sus miradas conectaban, dejar de emocionarse cuando se veían, y tenía una idea.

Declararse. Quizá de esta forma sus sentimientos se detendrían y así viviría con su sola amistad sin preocuparse más, pero no estaba seguro.

Me gustas, Chan, y quiero confesarme de está manera, con un pequeño relato, espero que no creas que es una broma, lo digo de forma sincera, por favor, se sincero conmigo, quiero saber si estoy bien en gustar de tí.