Un nuevo mundo

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"Pensé que todo había acabado para mí, que mi historia había llegado a su final, pero aquí estoy, nacido en un nuevo mundo, no pienso cometer los mismos errores de mi vida pasada, así que haré de este mundo lo que no pude hacer del mío".
Tras el púrpura de Gojo, una grieta en el espacio-tiempo se creó, y Toji Fushiguro, el asesino de hechiceros, estaba en medio de dicha grieta, su cuerpo fallecía y su alma viajaba al más allá, pero algo pasó, hubo una falla a la hora de llegar al más allá, toji no fue al cielo ni al infierno, no estuvo ni cerca de hacerlo o de llegar a algo parecido a un más allá, su alma, atrapada en la pequeña grieta creada por un púrpura inestable creado por Gojo, acabo en el vientre de una mujer que daría a luz, y la restricción celestial lo persiguió hasta su nueva vida.
Un niño había nacido en un clan poderoso, donde los enemigos que tenían no importaba que tan poderosos fueran, podían ser derrotados con facilidad, pero era extraño, a veces algunos miembros del clan desaparecían, sobretodo los que no eran queridos, y Toji no fue la excepción. Por ser un reencarnado, no poseía los mismos motivos para llorar que los que tendría un niño normal, no lloraba por nada, y su actitud era una que no le agradaba a los jefes del clan, pero no podían regañarlo, pese a su corta edad su fuerza ya iba más allá de la de un humano normal, y no es de esos que se dejaría regañar, aunque parecía arrepentido de algo, pero no parecía que fuese algo que pudiera arreglar, ni algo en lo que pensara todo el tiempo, era algo extraño, como si hubiese querido pasar más tiempo con alguien, aunque ningún niño de su edad debería tener ese tipo de sentimientos, y así fue la infancia de Toji, volvió a ser maltratado por su familia, una que también lo despreciaba, su historia se repetía, su familia lo volvía a tener como la oveja negra, hasta que llegó el día, el día en que sería testigo del secreto de su clan, del secreto de porque sus enemigos no los podían vencer, y es que fue entregado a un demonio, no era una maldición, los demás también podían verlo, y no parecía tener energía maldita, de hecho nadie en este mundo la tenía, pero no era ninguna restricción celestial, era un mundo nacido sin energía maldita alguna, con una humanidad normal y con personas normales, pero de ser así, ¿Por qué hay demonios y cosas sobrenaturales? ¿Y por qué él todavía tenía su fuerza si ya ni siquiera era su cuerpo antiguo? Toji había oído rumores sobre demonios, pensando en que serían parecidos a las maldiciones, y un poco si lo eran, pero no se parecían en lo absoluto, un demonio sabe hablar incluso si es débil, las maldiciones no deberían hablar en lo absoluto, y lo más importante: él iba a ser la cena de ese demonio, reaccionando rápidamente, atacó con fuerza al demonio, el cual le respondió con un ataque de veneno, Toji no tuvo problemas para esquivarlo, siendo que este demonio... era demasiado débil en comparación a él, ya no era un niño cuando fue entregado a éste demonio como su comida, pero sin dudas es humillante que un supuesto demonio fuerte sea esquivado tan fácilmente por un humano "común", aunque existía una traba enorme para Fushiguro, y es que el demonio no importaba cuantas veces fuera herido, seguía regenerandose sin parar, no parecía haber forma de matarlo, aunque lo mismo podría decirse de Toji, su resistencia era inmensa y no tenía problemas para esquivar los ataques del demonio y contraatacar, y los dos llevaron su pelea al exterior, luchando en el patio de las tierras del clan hasta el amanecer, cuando el demonio finalmente desapareció, y Toji no volvería a hacer lo mismo que hizo con los Zen'in, no tenía motivo alguno para dejar con vida al clan, no importaba si era su familia, era un grupo de gente asquerosa que no dudó en entregarlo como comida para bestia, y así es como se embarcó en este viaje, tras masacrar a su clan decidió tomar su antiguo estilo de vida, dedicándose nuevamente al asesinato, con el cuál continuaría por años hasta que un día le llegaría una nueva oportunidad de cambiar, y está vez para bien.

Toji en Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora