Toji en Kimetsu no Yaiba

Extra: Desayuno

Era el tercer día de la prueba, se había tomado su tiempo para hacer esta tarea, tras haber tomado un buen sueño, Toji se preparó para el viaje, tras recoger sus cosas, las cuales solo eran la katana, su daga, y una maleta con algunas prendas, partió en su viaje a Tokio.
En el camino decidió hacer una parada en un pueblo de provincia que estaba en el camino, decidiendo ir a desayunar en este pueblo, acudió a un restaurante algo rural, la cocinera era una señora de mediana edad rozando la tercera edad, tendría entre 40 y 50 años, en medio de su desayuno la señora sacó a flote un tema curioso con otro cliente en el lugar.

-"¿Ha oído que supuestamente un demonio acechaba un pueblo al norte, dicen que el pueblo prácticamente desapareció"
-"Claro, pero no es algo que me preocupe tanto como lo que se dice de Tokio"
-"¿De Tokio?, no he escuchado nada sobre Tokio, ¿Ocurrió algo?"
-"Dicen que la gente ha desaparecido últimamente sin dejar rastro, también dicen que por la noche los demonios salen y buscan ocultarse para conseguir nuevas víctimas, me preocupa mucho mi nieto, fue a la ciudad a conseguir un trabajo, espero que los demonios no lo devoren" declaró la señora
-"Pero en todo caso, ¿no irían los cazadores de demonios a arreglar eso?, aunque hay gente que dice que no existen, yo sé que sí, los he visto antes"
-"No creo que acaben con todos, es una ciudad grande después de todo"

Tras escuchar esto a Toji se le ocurrió retarse a si mismo, si podía matar a todos o casi todos los demonios de la ciudad, con una clara confianza en si mismo se acercó a la charla.

-"Estoy en camino a Tokio para cazar a un demonio en específico, pero hagamos una apuesta, si mato a la mayoría de los demonios me entrega comida gratis por un día, ¿Le parece, señora?" Dijo Toji
-"Pero hijito, estás seguro de que puedes matarlos, se ve que eres fuerte, pero no se si seas capaz de soportar la carga de una ciudad infestada"
-"No se preocupe señora, soy muy bueno para estás cosas" contestó Toji, tras llegar a este mundo apenas se estaba acostumbrando a ser joven otra vez.
-"Como tu digas muchacho, pero ten mucho cuidado y que los dioses te protejan"
-"Gracias señora, pero no lo necesito"

Y así continuaron platicando un rato más, hablando sobre demonios y sobre la comida, honestamente hablando, sabía rico, tras despedirse Toji continuó con su viaje, le agradaba aquella señora, esperaba comer gratis cuando volviera.