Epílogo

285 8 4
                                    

La historia de El niño que murió por amar a Zenith, termina aquí. El pequeño, durante medianoche, al terminar esta última entrada del diario, se quito la vida arrojandose del tercer piso de la habitación donde vivía junto con su madre. Cuando lo encontraron muerto, tenía en sus brazos el retrato que le hizo a la bella mujer.

Al día siguiente, Zenith fue a visitar a la pobre madre, encontrandola destrozada por el dolor de perder a su único hijo. Zenith leyó el diario a escondidas y su corazón quedó hecho pedazos. Sintiéndose culpable, se llevó el diario como un recuerdo que no desvaneció nunca. Por ahora se sabe solamente que se embarazo de Paul hace unas semanas. Paul embarazo también a su servidumbre. Hasta ahí llega mi conocimiento. Pero se dice que la mujer visita la tumba del niño todos los días, para llevarle las rosas que nunca pudo entregarle al niño.

En el velório del niño, la madre pronunció las siguientes palabras:

-Fue primero mi marido. Ahora es mi hijo. A pesar de que ya no tengo por qué mas sonreír, debo admitir que, aunque no está aquí mi pequeño, ya no sufre más. Se juntará con su padre, y pronto, espero yo también ir con él.

Y cayó ahogada por las lágrimas.

Mi gran amigo, Philip Boreas, me comentó que fue el quien le dio la idea del diario. Pero que nunca me contó acerca de lo que sentía por Zenith. Lo que a él le hacía sufrir y sentí mal, era que el pequeño solo tenia seis años. Y ya sufría de amores no correspondidos. Lo que lo llevó a la muerte. Tan joven... Toda una vida por delante, y lo teníamos ahí, en un féretro, lleno de flores.

Al contrario de lo que algunos piensan, Zenith nunca olvidó al niño. Mantuvo en sus manos el diario con el que algunas veces, el sueño se convertía en una realidad que no pasaba más que solo en la percepción del niño. Cuando visite a Zenith, me contó todo lo que no pude encontrar en las páginas escritas. Aparentemente, el niño le confesó su amor cuando hablaba dormido, estando enfermo.

Su voz se quebró cuando confesó que nunca había pensado que el niño realmente la amaba. Se culpo y se llamó asi misma como una mala mujer, por jugar con los sentimientos y sueños de un pobre niño.

Nunca vi llorar a una mujer de esa forma. Arrodillada y abrazando con fuerza a su marido, quien miraba triste y solemne el diario del niño. Pero la realidad, es que todo esto es aún mucho más triste de lo que realmente es, duele mucho más, porque nadie tiene la culpa.

Un niño que murió por amor [MUSHOKU TENSEI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora