Capítulo 2: La cobijita especial

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—Tia Jessiiiiii— me oculte justo detrás de la señora Jessica, una niña sonriente con un vestido hermoso se acercó a nosotras con alegría y entusiasmo al vernos. Jessica la levanto y le dió un gran abrazo

—Hola cariño, ¿Cómo has estado?— la niña se bajó y le respondió con la misma alegría. Luego noto mi presencia

—¿Quien eres?— preguntó

—Y...Yo me llamo... T... Tamara— hablar se me dificultó y me sentí avergonzada por ello

—Mi nombre es Rouse, soy Rouse Evans

—Rouse será tu prima de ahora en adelante— la niña miro rápidamente a Jessica y luego a mi, su sonrisa se hizo mucho más grande —Rouse, te presento a mi hija

—Que emoción, somos primas— Rouse saltó de la emoción y luego tomo mi mano para correr lejos de Jessica. Tras correr a lo largo de un pasillo llegamos a un enorme patio en dónde se encontraba una hermosa piscina con el agua azul como el cielo

—Ven, te presentaré a mi mamá, a mi papá y mis hermanos— sobre unas sillas que parecían camas estaba una mujer hermosa, su cabello castaño y sus ojos verdes me deslumbraron, a su lado un hombre igual de guapo sostenía una bebé que dormía pacíficamente

—Mamá, papá, les presento a Tamara, mi prima de ahora en adelante— ambos me miraron con sorpresa a la vez que sus miradas iban hasta la figura de Jessica

—¿Que dices cariño?— pregunta el hombre

—La tía Jessi dice que Tamara es su hija por lo que somos primas— explico con sencillez

—Hola todos— Jessica se acercó y le pidió a Rouse que me llevará a su habitación para que me pusiera un vestido de baño que me había comprado ayer. Ella asintió y me tomo de la mano una vez más para ir a su habitación

La inmensidad de la casa de Rouse era sorprendente, hasta el momento no conocía la casa de Jessica por lo que no sabía si era igual o más grande que está casa. La habitación de Rouse era Lila con blanco, las ventanas son enormes al igual que la cama. Todo estaba muy organizado y limpio

—¿Tu vestido de baño está en tu maleta?— yo asentí —Entonces entra al baño y cámbiate, te espero aquí afuera

—Gracias— con velocidad me cambié y metí la ropa que llevaba puesta en la maleta, al salir Rouse estaba tumbada sobre la cama

—¿Ya? Pero mira que hermosa eres, el color negro se ve muy bonito por tu piel blanca... Y sin mencionar lo precioso que es tu cabello... Bueno, vamos a la piscina

Salimos nuevamente y llegamos al patio, allí estaban todos sobre las grandes sillas, las personas guapas de antes se acercaron y me saludaron con un gran abrazo

—Soy Laura Evans, tu tía de ahora en adelante— le sonreí con emoción

—Yo soy Cameron Williams, padre de estos pequeños traviesos y esposo de Laura. Espero que te sientas como en tu casa— hablamos un poco sobre mi, o bueno, lo que me pidió Jessica les dijera. No quería que supieran el tipo de circunstancias en las que nos conocimos

Cameron se levantó y se fue junto con la bebé April en sus brazos, Laura y Jessica siguieron hablando pero había una persona a la cual aún no conocía... Lejos de todos podía ver a un niño recostado bajo la sombra de una gran sombrilla

—¿Quien es él?— le pregunté a Rouse

—Es el odioso de mi hermano ¿Por?

—¿Por qué no viene a jugar?

—Porque no le gusta, es un aburrido...

—Ire a preguntarle y a presentarme— ella se quedó en silencio y me pegó sus ojos hasta que llegue a la silla en dónde estaba su hermano

—Hola— salude esperando a que despertara —¿Quiere jugar?— pregunté luego de que abriera los ojos

—Que bonita— susurró

—¿Que dijiste?— pregunté confundida y aturdida... El chico tenía unos hermosos ojos verdes, una piel blanca y un rostro hermoso... Es muy guapo

—Que eres fea, vete

Pero que grosero... Luego de insistirle un poco más y de que se negara a venir me aleje y volví con Rouse

—Te lo dije, es un odioso y no le gusta jugar— lo ví acercarse a Laura y a Jessica, luego solo se fue del patio rumbo al interior de la casa

—Creo que ya estoy cansada ¿Puedo ir y recostarme en el sofá de la sala— Rouse asintió y me acompaño hasta la sala

—¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo?

—¿Podemos comer sandwiches?

—Si, iré a pedirle a Amanda que los prepare, vuelvo enseguida— me quedé sola en la sala, sobre una de las sillas estaba una cobija suavecita que use para tapar mi cuerpo, ya no tenía cicatrices ni moretones, todo había sanado. Menos mi corazón, el aún seguía destrozado por la muerte de mi hermana Katherine

—¿Que haces con mi cobija? Dámela— el hermano de Rouse se acercó a mi y me dió una mirada de odio, parecía no agradarle

—Lo lamento, no sabía que era tuya— me levanté y me la quite de encima para entregarle la cobija

—Ya quedó oliendo a el perfume horrible que usas, mejor quédatela— me la devolvió y salió de la sala con la cara roja, seguramente se enojo tanto que sus mejillas se pusieron rojas de la ira

—Ya regrese... ¿Quieres ver una película? Quiero ver la de Hércules, es un clásico que no pasar de moda

—Si tu quieres— respondí volviendo a enrollarme con la cobija

—Si no quieres que mi hermano te odie por el resto de tu vida mejor deja esa cobija

—Ya me vio con ella, dijo que la habi dejado oliendo a mi perfume horrible y que mejor me la quedará— la expresión de evidente sorpresa en el rostro de Rouse me hizo entrar en pánico

—¿Te dejo usar su cobija? Eso es... Wow, me sorprende, Jacob ama con su vida esa cobija... Seguramente le caiste bien

—No lo creo, salió con la cara roja por la ira— ella guardo silencio un momento y me observo

—¿Tenía la cara roja?— asentí

—¿Por?— ella solo nego y soltó una risita

—Lo sabrás a su debido momento

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Siento algo de complicidad,
Rouse y sus planes macabros
amo a estas niñas y amo aún
más que Tamara piense que Jacob
se puso rojo de la ira por su cobijita
favorita...

Maldito Romance: Amor Prohibido (#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora