Apariencias

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Los matrimonios felices no siempre lo son...

Yamamoto ven a la cama- dijo el peli blanco mientras dejaba caer la pequeña bata que lo cubría.

Pero el pelinegro que estaba practicando con su espada no volteo a ver; solamente respondió- Por favor Hayato no seas indecente y ponte más ropa.

Al escuchar estas palabras Gokudera rápidamente cogió la bata del piso y salio de la habitación- Buenas noches Yamamoto - reprimiendo las amargas lágrimas, aun si saber porque los despreciaba así el hombre que había jurado amarlo siempre

Buenas noches Hayato – respondió aun sin voltear a ver a su esposo

Gokudera camino herido y avergonzado, siempre era asi, en el dia era un hombre amable y callado; parecía que besaba el piso que pisaba, pero después llegaba la noche y todo cambiaba tras las habitaciones que le correspondía, un matrimonio sin vida, solo eso representaba que su esposo no le dirigiera la palabra y cada vez eran menos las noches que siquiera pasaban juntos en una misma cama, menos hacer el amor casi parecía que lo despreciaba.

Vio s cama y pensó si alguna vez habia sido feliz realmente, lagrimas cayeron por sus ojos, el amaba a Yamamoto de eso no habia duda pero en realidad este le correspondia, se dejó caer en la cama y abrazo su cuerpo, ya pronto cumpliría 30 y eso le decía que su seño de ser padre se iba desvaneciendo.

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El dia comenzaba, sus colores y matices comenzaban a levantarse en el horizonte; Xanxus estaba en un sillón justo enfrente de la majestuosa donde dormia plácidamente su esposo, sonrio al recordar la magnífica noche que habia pasado junto al rebelde príncipe, se levanto con todo orgullo y salio de la habitación.

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TOC. TOC

Squalo despertó al escuchar la puerta, sentía todo el cuerpo adolorido y entumido.

Pase- dijo con desgano, mientras hundía su rostro en las almohadas

Gokudera entro, esperando que ese hombre no hubiera sido muy duro con su sobrino.

Squalo te traje el desayuno- dijo suave el peli blanco mayor

Al escuchar la voz de su tio levanto la cabeza y lo vio; tenia los ojos hinchados eso quería decir que habia llorado otra vez, el no sabia lo que pasaba en el matrimonio de sus tios, porque al fin desde que tenia memoria nunca los habia visto discutir, pero últimamente su tio Hayato mostraba tanto dolor en su mirada – Gracias tio Hayato

Parece que se consumo el matrimonio – hablo triste el mayor

Squalo asintió con las mejillas rojas de vergüenza

Te hizo daño- exclamo Gokudera

Squalo lo pensó detenidamente "Puede que al principio, pero después, lo habia disfrutado mucho" – No – contesto bajo y con la cara roja como tomate

Hyato sonrio triste "por lo menos no fue rudo con el"

Tio por favor habla conmigo – solto sin mas el menor, mientras tomaba las manos de este

Gokudera se sorprendió por las palabras de su sobrino, por la determinación de sus ojos lo sabia, habia visto a travez de el – Yo – silencion – De que quieres que hablemos – trantado de parecer tranquilo

Tio tu has sido como mi madre, cuidando de mi todos estos años –sonrio – Y de la misma manera quiero corresponderte, háblame de porque tu ojos están tristes, y créeme que se que no es por mi nueva condición, pues hace tiempo que se posa esa nube negra en tu mirada – suplicando el menor

Cariño – acaricio la mejilla del pequeño – A veces la vida no es justa – aprensivo – pero uno tiene que aprender a vivir con las decisiones que toma, lo por experiencia, cuando me case con Yamamoto, yo jamás crei – tocaron la puerta

¿Quién es? – pregunto Squalo

Principe Squalo; Lord Yamamoto manda a llamar inmediatamente a su esposo, el príncipe Hayato – Squalo volteo a ver a su tio, parecía que iba a decir algo, pero no lo hizo solo se levanto de la cama y camino, sin escuchar los reclamos del menor.

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Como te atreves – golpeando el rostro del peli blanco

¡Yo no le dije nada! – lloro de dolor y humillación

No grites princesa – camino hacia Hayato y lo tomo del cuello para llevarlo hasta el final de los jardines del palacio, el peliblanco pateaba con desesperación sabiendo lo que iba a pasarle, pero nadie iba a ayudarlo, pues nadie se atrevería a oponerse a su esposo

Yamamoto furioso lo tiro contra un frondoso árbol de roble

¡Ahhh! – llorando

No te atrevas a volver a decirle una palabra al príncipe – camino hacia el peliblanco – recuerda tu lugar como mi esposo y guarda respeto ala privacidad de nuestro matrimonio – golpeando el estómago de Hayato

Gokudera lloraba inconsolablemente

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