Desde su punto de vista

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No quería que esto se acabara, pensaba Gamma al tener a Hayato en sus brazos, era pequeño, delgado, pero con unas curvas que mataban y pesar de sus treinta, no se miraba un año mas viejo de veinte, sonrió para si – Debía pedirle la receta por que el se sentía viejo – Y a su criterio se veía viejo. El se había enamorado de Gokudera desde el primer instante que lo vio, era simplemente hermoso a su parecer él no tenia que envidiarle a su difunto hermano Alaude, era cierto que el mayor tenia una belleza efímera, como si la Luna hubiera sido quien lo dio a luz, pero Hayato era al revés su belleza era dulce y delicada como una flor de primavera que había florecido con los primero rayo del Sol.

Suspirando abrazo el cuerpo mas pequeño cerca de el, no quería que esto terminara, asi esta sensación de plenitud, es como debió ser siempre, aquí y ahora con su amado, miro el plano abdomen del albino y casi soltó una lagrima al pensar en todos los hijos que hubieron poder tenido si no se hubiera ido hace quince años, a veces uno cometía actos estúpidos y el arrepentimiento mataba. Acaricio las suaves piernas que llevaban pequeñas marcas que ya no eran posibles que curaran del sinnúmero de maltrato que había recibido el menor por parte de su marido.

Quería poder quitar todos esos recuerdos, pero era imposible, pero si podía reemplazarlos por nuevos y eso es lo que trataba de hacer desde que había llegado al castillo.


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Xanxus tomaba un trago de café mientras veía detenidamente a su Squalo y su hermano, sentados entre el jardín de Orquídeas – Alzo una ceja al ver lo que hacían jodidas coronas de flores – Bueno en su hermano eso era común, pero en su adorado, no lo sabia no conocía todo de el pero, encontró que no le molestaba, después de todo era un doncel y embarazado, asi que las hormonas debían jugar un poco hay.

Además no podía negarlo Squalo eran aun mas bello que esa flores y al igual que su hermano irradiaban una luz, que delataban el secreto de llevar una vida nueva en su interior. – Sonrió – Se estaba volviendo un blandengue –

Pero si, ahora no podía pensar en pasar los días legos del príncipe Varia, es mas lo que siempre le había parecido aburrido e hipócrita cuando la gente que se casaba decía que no necesitaban a nadie mas en su vida o en su cama. Cuando el mismo no pensaba en ninguna otra persona en su cama, es mas ahora hasta sentía cierto asco por todas personas con las que el desahogo sus necesidades.

Y si deseaba al pequeño mocoso que esperaba su esposo. Ni en sus mas locos sueños el pensó en esperar con alegría un niño gordo y llorón, que llenaría de lagrimas, baba y moco sus ropas, en verdad su figura se estaba desmoronando con cada dia que pasaba

Pero por un leve instante sintió que todo era correcto, el nunca había sido cariñoso, no desde que su madre se fue, pero ahora podía volver a sentir palpitar su pecho, aunque fuera por el chico de los ojos grises, por que de hay las demás personas eran mas que basura bajo sus pies... Bueno si había perdonado a su hermano y a Reborn y ya no odiaba tanto a su sobrino.

VariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora