⋆ Capítulo 19 𝟹🥛

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Yeonjun observaba a Soobin hablar con su madre, así que, luego de asegurarse de mantenerlo en su campo de visión, pasó a enfocarse en su problema principal, en ese grupo de niñas al frente suyo, que lo miraban peor que a algo raro, aunque tenían unas sonrisas como las de las muñecas feas que no le gustaban, de lado a lado, casi de oreja a oreja.

— ¿Meow? —Maulló suavemente, sin saber cómo comunicarse con las cuatro pequeñas, observando la mirada de cada una. Se supone que tenían que acercarse, pero Yeonjun prefería oler primero a la niña de cabello bonito, Ji Woo, antes que a las demás. Soltó otro maullido, tratando de mantener el contacto visual con el miel de los ojos de la pequeña, aunque ese color no era tan claro como el de su Soobin.

Una vez Ji Woo entendió, tuvo una pelea con Soo Min porque ella era la menor, y quería ir primero, pero al final ambas lograron callarse. Ji Woo se acercó a paso lento hasta el sofá donde se encontraba Yeonjun aún con sus piernas encogidas hacía su pecho y sus manos descansando sobre sus rodillas.

La pequeña niña estiró su mano relajada hasta el rostro del gatito, obedeciendo lo que su hermano le había dicho sobre primero dejarlo olerlas, y Yeonjun olfateó con sumo cuidado, hasta que hizo lo que antes con Beomgyu, acercó su cabeza de tal modo que la mano quedó sobre sus cabellos, y Ji Woo comprendió que podía acariciar, así que lo hizo.

Las tres niñas se cubrieron la boca para callar sus gritos llenos de emoción, mientras Ji Woo soltaba un “¡Siii!” en un susurro, tratando de no asustar a Yeonjun. Para el minino estaba bien, la niña tenía manos pequeñas y se sentía genial cuando sus deditos pasaban por su cabello, o por el inicio de sus orejitas.

—Su Jin, ahora acércate tú.

Parecía que todas hacían una travesura juntas, puesto que susurraban para mantener la calma de Yeonjun, en lo que este ronroneaba, disfrutando de las caricias, luego sintió otra mano cerca de su rostro y al abrir los ojos se encontró con otros miel parecidos a los de Soobin y una sonrisa amable.

—Hola, yo soy Su Jin, pero todos me dicen Sunni. ¿Tú cómo te llamas?

Yeonjun abrió la boquita, separando bien los labios y las pequeñas tuvieron que aguantar otro grito al notar los adorables colmillitos superiores e inferiores en la boca del menor, antes de escucharlo hablar con su voz ronca e infantil. —Yeonjun.

Otra mano se posó sobre su cabeza y ahora fueron mucho más caricias agradables. Yeonjun no tardó en cerrar los ojos y entregarse a las sensaciones, con suaves ronroneos, escuchando las risitas de las niñitas. Todo iba a estar bien, se dijo, meneando la cola de un lado al otro con tranquilidad.

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Soobin observaba con una gran sonrisa como ahora sus tres hermanas tenían sus manitos sobre el cabello de Yeonjun, aunque luego tendría que lavarlo, no quería que su bebé tuviera sus cabellos sucios, eso contando las cosas que sus hermanas podían haber estado tocando antes, como la tierra del bosque entre alguna de sus travesuras o cualquier otra cosa, aún peor conociendo lo mucho que a Yeonjun le gustaba verse bien, porque no era algo anormal el encontrar a su pequeño cuidando sus cabellos rubios, al parecer le gustaban mucho.

—Soobin ¿Estás siquiera escuchándome?

Sun Hee llevaba dándole el sermón de su vida desde que la puso al tanto de todo, y el mayor ya había recorrido toda su casa con la mirada, fingiendo escuchar. No era que fuera mal hijo, sino que todo lo que le pudiera decir su madre ya se lo habían dicho, y por otro lado, el pensar en el “hubieras” era algo que a él no le
gustaba, ya estaba ahí, tenía al amor de su vida y un plan para estar juntos al menos por unos cien años. A él no le importaba mucho que tanto sermón pudiera hacerle su mamá.

⋆ 🐾◗Neko Corporation ‹𝟹 𝒔𝒐𝒐𝒋𝒖𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora