¿Cuál es el sentido de la vida?

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El momento en el que todos estaban en la iglesia, era donde debía aprovechar.

Muy pocos no iban a la iglesia los domingos. El pueblo quedaba prácticamente vacío. Ella era uno de los que no iba.

No era creyente y no quería serlo; tenía mayores cosas de que preocuparse además de ser vista como una mierda.

Alguna vez fue a la iglesia. Era más pequeña e iba con su mamá y con su papá. Recuerda que se le hacía muy aburrido y terminaba dormida. Y que si no dormía, se hacía la dormida para que su papá la cargará hasta la casa como si fuera un bebé. Desde ese momento ya era vista de mala forma ¿Cómo iba a quedarse dormida en la casa de Dios?

Pero le dió recontra igual y lo siguió haciendo. Luego, su papá se fue a la guerra. No recuerda mucho. Tendría diez años y lo único que hacía a esa edad era ir a nadar en el río con su amiga. Se llamaba Amber y era su mejor amiga desde chiquita. Venía otro pueblo más alejado y llegó ahí cuando era chiquita y enseguida se hicieron amigas.

Cómo decía, su padre se fue a la guerra. No sabe a cual. No sabe lo que sucede más lejos de las Boilings Isles. Pero su padre se fue y le preguntó a su madre porque. Ella no le contesto. Estaba muy triste.

Dos año después de eso, su mamá se enfermó. No sabe de qué. Pero su frente estaba caliente y el resto de su cuerpo también y tocia mucho. Cuando no estaba dormida o muy cansada para hacerlo, le decía que le dolía mucho la garganta y que el dolor de cabeza la estaba matando.

Fue así que en desesperación de hacer algo para salvar a su madre, se contacto con una bruja.

No era una bruja, pensó la primera vez que la vió. Le dijieron que las brujas eran malas, pero ella no lo era, aunque su apariencia y vestimenta si la hacía acuerdo a las brujas. Así fue que, con trece años recién cumplidos, robo por primera vez a una mujer que estaba caminando entre todas las demas personas. Nadie se dió cuenta y le llevo le dinero. La bruja que luego se enteró que se llamaba Edalyn le daba botellas con líquidos desconocido que podrían ayudarla y hiervas. Volvía a su casa y se lo daba a su madre.

Su mejor amiga se dió cuenta de lo que estaba haciendo. No le dijo a nadie y prometió guardar el secreto, pero sus padres tenían las sospechas. Le prohibieron volver a verla y empezó a salir a bañarse al río distintas horas que ella.

Y se sentía muy sola.
Y su madre no mejoraba en nada. Si tenía suerte, le hablaría, aunque no era lo mismo que antes.

Y fue entonces que se dió cuenta de la verdad. No importaba si le daba de todo para que se curara, ella ya estaba muerta. No iba a lograr recuperar y su destino estaba marcado. Y ella estaba sola.

Salió de la casa cuando vió como todas las personas entraban en la iglesia. El pueblo se quedó en silencio. Salió de la casa y entró en una que nunca había entrado. Era lo que siempre hacía los domingos. No conseguía demasiado dinero; casi siempre estaba muy bien guardado y dejaban algunas monedas sobre una mesa o escritorio, pero servía.

Entraba y salía de las casas sin hacer ningún ruido. Procuraba no entrar en las casas de los que estaban en la misma situación que ella e ignoraba las casas de las que se escuchaban personas dentro. Otros como ella que no habían ido, o le gustaría pensar que era como ellan.

Volvió a su casa con varias monedas en su bolsillo. En la tarde iría a comprar comida. La empanada del día anterior sació su hambre por un rato, pero había vuelto.

En algunos momentos se arrepentía de lo que estaba haciendo. Pero ya no había vuelta atrás. Ya lo había hecho varias veces. Era como una adicción. Debía conseguir dinero y comprar comida, o moriría. No veía otra solución.

Entró en la casa y guardó las monedas debajo de la tabla de madera que antes utilizaban para comer. Se moría por ir a bañarse. Todavía faltaba para que terminara la misa y si iba rápido, nadie la vería mientras entraba desnuda al río. Por eso le gustaba hacerlo de noche. Agarró la otra muda de ropa que tenía; solo tenía esas dos y las iba cambiando cada vez que se bañaba.

—Mamá, ya vuelvo—dijo; le habló alguien que no contestaría. Pero está vez se dió cuenta algo; su madre no emitió ningún ruido, ni de molestia o dolor, era todo silencio.

Se dió la vuelta y se acercó a la cama de su madre. Estaba con los ojos cerrados, boca arriba. Sacudió su brazo y tampoco hizo sonido. Lo siguió moviendo hasta que lo soltó y el brazo cayó a un costado de la cama.

—M-mami, no...—murmuró, con los ojos vidriosos.

Era una realidad de la que ya no podía escapar. Sabía perfectamente que eso iba a pasar algún día y era ese; no podía seguir evitandolo.

Su madre estaba muerta hace tiempo, aunque respiraba. En ese momento, no tenía ni vida ni latidos. Murió sin volver a ver a su esposo.

Y ella seguía sola. Completamente sola. ¿Cuál es el sentido de la vida ahora? Antes era cuidar a su madre ¿Ahora? ¿Cuál era la necesidad de seguro viviendo? 

RIESGO /Lumity/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora