Capítulo 15

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Mattheo's POV

Entro a la mansión de la base Dementi después de haber pasado los últimos tres días en juntas aburridas en Londres junto con mi padre, me encuentro algo desesperado por ver a Adhara y saber que está bien.

Estoy exhausto mentalmente por todo lo que tenemos que hacer, pero no me quejo; ser hijo de Voldemort tiene sus ventajas y al menos aquí tengo una habitación grande que decidí compartir con la muñeca de ojos verdes, ya que el resto de los servidores de mi padre no la tratan muy bien, a pesar de ser hija de uno de los mortifagos más importantes dentro de las filas.

—Muñeca ya llegué.— le informo mientras entro a la habitación. Pero rápidamente me doy cuenta que no hay nadie.

Eso es extraño, después del último conflicto que provocó los malditos mechones blancos en su cabello ella odia salir de aquí, sobre todo sino estoy yo en la base. Noto que en la cama hay una carta, la tomo para leer las nueve palabras que tiene escritas, y esas nueve palabras son más que suficientes para hacerme salir corriendo en su búsqueda.

"Perdón por no haber podido cumplir mi promesa. Adiós."

<<Mierda. No puede estar pasando esto. Intentará escapar.>>

Me aparezco en todos los lugares que se me ocurren dentro de la base pero no la encuentro. ¡Maldición! ¿Dónde diablos se metió? La tengo que encontrar, no la puedo perder. No a ella.

—¡Dwenie!— grito furioso a la nada. De pronto la elfa doméstica que sirve a mi familia aparece.

—¿Qué desea mi señor?— pregunta la elfa con miedo mientras se postra al piso.

—¿Dónde está Adhara?— gruñó molesto. Su maldito trabajo era cuidar de ella mientras yo no estaba.

—La señorita Nott salió al pueblo hace un par de horas, mi señor. Insistí en acompañarla pero ella no me lo permitió.— lloriquea postrada a mis pies.

No pierdo más tiempo y me aparezco a la entrada del pueblo mágico, hay pocas por las calles así que no necesito ocultar o modificar mi apariencia.

Recorro todo el lugar desesperado por no poder encontrarla, cada segundo que pasa siento más miedo de no dar con ella a tiempo, me aterra saber que probablemente ya es tarde. Pero no me doy por vencido.

Estoy corriendo por uno de los puentes del pintoresco lugar cuando a lo lejos escucho el silbato del tren sonando una y otra vez. El sonido me saca del barbullo de pensamientos que tengo en este momento y por inercia busco la dirección de donde proviene. Como estoy parado en uno de los puentes de las orillas del pueblo puedo ver el tren venir a lo lejos.

Es ahí donde por fin encuentro a la muñeca, esta a unos cien metros del enorme ferrocarril caminando directo a su encuentro, en ese momento me llega a la mente algo que me dijo hace unos meses:

"Como desearía que un tren me llevara a un lugar lejos de aquí y jamás volver."

Entonces comprendo.

<<Ella no está escapando. Se arrojará bajo el tren.>>

Veo cómo el enorme monstruo de metal va directo hacia ella a toda velocidad y automáticamente me aparezco en su dirección, solo que los cálculos me fallan y quedo a unos metros de distancia. El sonido del silbato junto con el motor del tren ensordece mis oídos, pero no me importa; corro con todas mis fuerzas intentando alcanzarla mientras veo como el tren está apunto de atropellarnos.

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