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Paseaban de la mano por la finca de los Potter.

-Se siente tan bien estar acá contigo- soltó James- este lugar nunca se había sentido tan hogar como hoy.Regulus volteó a mirarlo, mientras el sol brillaba en sus ojos.-Eras lo que me faltabas para ser la persona más feliz del mundo, Reggie.

-James- suspiró tomando sus manos, Potter dejó un beso en sus nudillos. James le había regalado el anillo de promesa, un lindo anillo de un sol y una estrella descansaba entre sus dedos- Prometeme que no me vas a odiar, pase lo que pase.

-¿Qué? ¿Por qué te odiaría? Te amo, Regulus.

-Prometelo.

-Bueno, no podría perdonar una infidelidad y aborrezco las mentiras y engaños. Pero el resto si. ¿Es por tus padres? 

A Regulus se le detuvo la respiración, como si olvidara como respirar.

Incluso ya no le importaba sus padres. Si salía desheredado, James podría mantenerlo.

El problema radica en que esto era una farsa, y si lo desheredan y James se enteraba dela broma, literalmente quedaría en la calle.

Pero se lo merecía, se merecía todo lo malo que le llegase a pasar.

Por que era una mala persona, terrible. ¿Quien juega con los sentimientos de un chico tan lindo y bueno como James solo por una venganza?  

Se odiaba, desearía estar muerto en este momento. 

James le había dado momentos increíbles.

Estaba seguro que si lo intentaba, ahora podría hacer un patronus.

No quería perder a Potter.

James lo miró reflexionar por un largo tiempo.

-¿Estás bien?- consultó- no debemos hablar de eso si no quieres.

-Prometeme que no me dejarás- pidió, entre lágrimas.

-Bien, sí, te lo prometo, cariño.

-Te amo, realmente te amo.

James se quedó petrificado, nunca creyó que Black pudiese decir "Te amo" en voz alta.

-Yo te amo mucho más- sonrió.

Algo le sabía mal. Definitivamente debía averiguar que era.

[...]

-Sirius, por favor- insistió Remus.

-Déjame, Lupin.

-Sirius, amor...

-Basta de decirme así, Remus. Vete.

Ya había pasado una semana, la ansiedad de no tener cerca a Black lo estaba matando.

El anillo de compromiso se mantenía en su dedo anular.

Ya no era por la venganza. Ya no le interesaba.

Seguía enamorado de Sirius, y quería recuperarlo. 

Bromas y venganzas habían quedado atrás para él.

Necesitaba a Sirius.

-¿Sabes por qué duró poco lo de Grant?- Sirius no respondió- porque sigo enamorado de tí- habló con el corazón- no puedo olvidarte, simplemente no puedo. Y mierda, mira que lo intenté, amor. Te odiaba tanto, pero nunca dejé de amarte. Mi corazón simplemente te pertenece, y no puedo hacer nada contra eso. ¿Y sabes qué? amo amarte. Porque eres una gran persona. Todos cometemos errores, el tuyo fue la broma, y él mío es no saber amarte como debo. Hacer cosas sin pensar, estar podrido por dentro. Lo lamento, Sirius.

Black lo miró a los ojos azules de remus, que se mezclaron con el gris de los suyos.

Lo conocía como la palma de su mano, sabía que estaba siendo sincero.

Su mirada viajó al anillo entre sus dedos, perfectamente colocado.

Respondió solo con una sonrisa.

Remus bajó la mirada a sus manos.

-Parece que conoces mis dedos- bromeo. Sirius soltó una risa- oh no, hablo de- le mostró el anillo.

-Conozco cada rincón de tu ser, cariño- respondió en un susurro coqueto- y tus manos me encantan.

Tomó dos de sus dedos llenos de cicatrices y se los metió en la boca, mientras Remus lo miraba intensamente.

Venganza// Marauders x skittles slytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora