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Una semana después Regulus estaba sentado frente a James.

Habían tenido una charla, seria. En donde ambos habían expresado sus sentimientos y pensamientos. Esta vez, legítimamente.

Estaban sentados en un bar de Hogsmade.

Y en este momento tenían una conversación trivial.

-Así que siete hijos eh...

-Me gusta mucho el sexo- respondió.

-¿Cómo le pondrías?

-¿Por qué interesa ahora?

James estaba rondando en la duda. Sí, ya habían tenido sexo antes. Lo que implicaba que...

No recordaba haber usado condón.

-No es lo que piensas. Solo intento charlar.

-Vamos, Regulus. Ya te dije que te sigo amando y que te perdoné. ¿Por qué estás incómodo?

-Me siento en una primera cita. Esto es empezar de nuevo, James. Y sigo reprendiéndome por lo que hice.

-Si yo te perdoné ¿por qué no lo dejas ir?

-Porque no puedo. Fui uno de los primeros en enamorarme, en caer en tus encantos. El saber que pude terminar esto antes de dañarte más, me carcome la cabeza.

James se arrastra con la silla a su lado y lo abraza, colocando a cabeza de su novio en su pecho.

-Está bien, cariño. Estoy acá.

No lo merecía. No merecía a James Potter.

[...]

La venganza de Sirius fue romperle el culo a Remus.

Eran versátiles, eso se sobreentendía. Pero Lupin prefería ser activo. Y a Sirius mucho no le molestaba. 

Era realmente bueno moviéndose. Y nunca había "sentido algo tan grande" en muchos aspectos.

Entre besos desesperados Black lo empujó fuertemente a su cama. Prácticamente arrancó su ropa. Escuchó un quejido del cataño.

-Te compraré la ropa que quieras luego- afirmó. Sin cuidado.

Remus Lupin podía ser un hombre lobo, pero Sirius Black... simplemente su nombre lo describía.

Uno de sus dedos se introdujo, sacando un gemido ahogado de la boca de Remus.

-Los anillos- gritó en un intento de adaptarse.

Los anillos de Black dolían como el infierno.

Pero Sirius solo sonrió, subiendo entre besos a su boca.

Cuando sintió que el castaño se movía más cerca de sus dedos los retiró, recibiendo un quejido.

En un movimiento rápido colocó su corbata en la boca de su amado y con un hechizo verbal llevó sus manos a atarse en la cama.

Sufría, sufría de placer. Y por más que lo amaba, se merecía un poco de su propia medicina.

Escupió su pene, y tuvo agonizando a Lupin hasta que dejó de "fallar en la puntería" y lo metió de lleno, sin más lubricación que baba. Lo escuchó intentando gritar.

Alguien abrió la puerta. Remus descubrió, entre su mirada nublosa por el placer, que era un Peter bastante traumatizado.

Sirius ni se inmutó, penetrandolo fuerte. Sin esperar a que se lubrique.

Ya cansado de no escucharlo, sacó la corbata de sus labios y lo volteó, en posición de perrito.

Había salido de él para esto, interrumpiendo el orgasmo del slytherin.

Venganza// Marauders x skittles slytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora