Parte 7

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Fuera de control

Charlotte

Me mordí los labios con fuerza y cerré los ojos cuando sentí que estaba a punto de correrme, pero al abrirlos de nuevo me encontré con la sorpresa de que estaba sola en aquel pasillo con una de mis manos metidas en mi pantalón. Saque la mano rápidamente, sentí como se encendían mis mejillas y mire a todos lados, sin embargo respire aliviada porque recuerde que, solo yo vivía en aquel piso. Trate de recomponerme, de volver a mis sentidos al mirar mis pantalones me fije que estaban mojados en la entrepierna y lo supe en ese mismo instante. Aquello no había sido un sueño. El señor Norton había estado aquí, yo no estaba tan loca.

—No entiendo una mierda —dije para nadie en especial y resople frustrada. Aquel hombre realmente me frustraba.

Comencé a recoger las cosas esparcidas por el pasillo y aquello fue otra señal de que no estaba loca. Aquel hombre era algo raro, un ente o ser extraño. Y aunque de pensarlo se me ponía la piel de gallina no podía evitar desearlo.

— ¡Demonios! —dije con exasperación y mire nueva vea a ambos lados del pasillo solo por puro instinto.

Quizás era un vampiro.

Sacude la cabeza para apartar aquella ridícula idea y camine unas puertas más delante de donde me encontraba. Entre con premisa a mi apartamento. Deje todas las cosas sobre la isla de la cocina y me fui desnudando en el pasillo. Estaba en llamas y me metí bajo la ducha sin pesarlo demasiado dejando que el agua me mojara de pies a cabeza para bajarme la temperatura. Me toque el cuello y sentí un ligero punzón que me dejo más aturdida de lo que ya me encontraba y no puede evitarlo aunque quise. Recordar el sueño y el encuentro con el señor Norton de solo hace un momento fue una amplia invitación a que me masturbase.

***

Tuve que cubrir con maquillaje la pequeña marca en mi cuello y pensé seriamente en no ir a trabajar aquel día, pero ¿qué más podía hacer? Jugar a las escondidillas con el señor Norton no era algo que iba a funcionar teniendo en cuenta los acontecimientos de los últimos días. Estaba más que segura que el Joseph Norton no era de este mundo y que se había metido en mis sueños. Recordarlo era excitante, pero también escalofriante.

Estacione el Volvo y tome profundas respiraciones. Esto se sentía raro. Era la primera vez que sentía este desesperado deseo de poner la reversa y desaparecer, pero tenía facturas por pagar que no podían esperar y una madre a la que debía ayudar. Me baje del vehículo, mire a todos lados del estacionamiento y me sentí tranquila al darme cuenta de que él no estaba por ningún lado. Me aproxime al ascensor y clave la mirada solo por un segundo en este y hubiese preferido no haberlo hecho. Camine despacio rezando que las puertas se cerraran antes de que yo llegara, pero fue todo lo contrario.

—Lo estoy deteniendo para usted señorita Phillips —le escuche decir con voz profunda y no tuve más opción que subirme al ascensor.

—Gracias —dije casi inaudible.

—Hoy está a tiempo y no temprano como de costumbre ¿algo la demoro? —pregunto con cierta curiosidad dejándome totalmente perturbada ¿Cómo sabía que llegaba temprano? y aunque me había quedado a una distancia prudente de él pude sentir el calor que salía de su cuerpo cosa que me hizo olvidarme rápidamente de aquella pregunta.

—Cosas —dije abanicándome con la mano porque la temperatura había subido demasiado en aquel ascensor y no pude gesticular más palabras. Solo pedía a gritos por dentro que las puertas se abrieran porque comenzaba a respirar con dificultad.

Salí casi corriendo en cuanto el ascensor se detuvo y me coloque en mi lugar con la mirada pegada al piso siguiendo al pie de la letra el protocolo que ya había roto más de una vez ¿o no? Aunque sabía que aquel hombre era un ser distinto a los humanos todo seguía siendo muy confuso.

The Norton's Night (Relato Erótico corto) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora