The Norton's Night (Relato Erótico corto) PAUSADA

El señor Norton

Charlotte

El bar éxtasis era un lugar donde una chica como yo no debía entrar, pero tenía unos de los salones más exclusivos y los encargados de publicidad de la empresa habían decidido que era el mejor sitio para hacer la fiesta por el día del trabajador. Era de temática militar y no sabía que demonios había pasado por sus cabezas al tomar aquella decisión, solo tenía claro que todos sin excepción debían asistir y que no podía poner ninguna excusa, aunque debía admitir que no estaba para nada entusiasmada.

—Vamos Charlotte algo sexy así que resalten tus pechos y divertido que muestre tus atributos más ocultos—Mire a Nina la asistente de recursos humanos y la única amiga que tenía dentro de estas paredes con cara de pocos amigos.

—Claro y ser el hazme reír de todos ustedes, no gracias Nina—Me hizo un puchero, pero eso no me haría cambiar de opinión, no usaría ningún disfraz aquella noche, solo iría siendo yo y punto al que no le gustaría se podría ir a la mierda—se apartó de mi cubículo rápidamente y la observe correr a su sitio.

Todos se pusieron de pie incluyéndome, porque había llegado el señor Norton. Era el mero mero, el dueño absoluto de todo el conglomerado, el terror de los ejecutivos y de todos los empleados en general. Nadie podía mirarlo a los ojos o siquiera respirar muy cerca de él, así que todos manteníamos la mirada en el piso mientras el caminaba hacia su despacho. Solté el aire que tenía retenido y eché un vistazo rápido. Nadie conocía del todo su rostro, pero los pocos que alguna vez le habían visto decían que su mirada era como la de un demonio y que una cicatriz cruzaba su cara.

Me causo escalofríos de solo imaginarlo y trate de concentrarme en lo que tenía por delante, aunque recordar aquella fiesta me hacía sentir enferma y me quitaba las ganas de trabajar, pero era jueves final de mes y el departamento de contabilidad se encontraba de locos, no podía darme el lujo de simplemente holgazanear y me había preparado mentalmente para salir tarde aquel día.

***

Fui la última en salir aquel día como predije y por suerte o por desgracia me encontré de frente en el estacionamiento con el señor Norton y sus guardaespaldas. Lo miré fijamente solo por un segundo olvidando por completo aquella maldita regla, era fuerte y fornido, de brazos grandes espalda ancha y era cierto, una cicatriz cruzaba su rostro, pero aun así era perfecto y fue lo que más me sorprendió; Me maldije interiormente cuando él me miro, porque sabía que estaba en problemas. Su sola mirada se sintió como una daga filosa que traspasaba mi piel. Lleve la mirada al suelo y detuve mis pasos, lo observe detenerse de igual forma a unos pocos metros de mí.

—Creo que ha roto la regla más importante—su voz era profunda y tenebrosa me causo escalofríos y mi piel se erizo —Y no soy de los que dejan pasar—apreté las manos sobre la correa de mi bolso y me sentí como la mierda.

No podía perder mi trabajo, no podía darme el lujo de simplemente ser despedida por romper una estúpida regla que parecía ser demasiado importante para el hombre frente a mí. Me quede en absoluto silencio mientras él se inclinaba sobre mí y tomaba mi barbilla entre sus dedos. Unos calientes, fuertes y firmes dedos que sentí me quemaban la piel. Y me perdí en aquellos cuencos oscuros que parecían la noche misma. Aquella oscuridad era perturbadora.

—No falte a la fiesta el sábado por la noche señorita Phillips, si de verdad le interesa tanto conservar su trabajo es mejor que asista—abrí los ojos sorprendida, porque podían ser imaginaciones mías, pero el tipo había adivinado lo que estaba pensando y eso me aterro.

—Sí, señor—exclame con voz temblorosa y dejo ir mi barbilla en aquel momento, me rodeo para seguir su camino. Y allí comprobé lo que todos decían Joseph Norton era el mismo demonio de eso no tenía la menor duda.