Naruto no me pertenece así como tampoco los Simpsons. Estos son propiedad de sus respectivos creadores.
Comienza
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"Bueno, eso tardó más de lo que esperaba" murmuró Naruto con un pequeño suspiro.
Quizá fue algo iluso de su parte pensar que podría ir al otro lado del mundo y regresar en menos de 30 minutos. Por otra parte, no era su primera vez viajando a otro país por comida y de hecho tardó más de lo planeado por factores fuera de su control.
No fue su culpa que la mesera confundiera su pedido con el de otro cliente, aunque se alegra un poco pues el encargado del lugar fue lo suficientemente amable como para compensar el error con un postre de cortesía. Solo espera que a Marge y a los niños les gusten los cannolis.
Tampoco tenía control del tráfico. Pero sí fue un poco su responsabilidad por aparcar su auto en un lugar alejado y cuyo retorno pasa por una calle muy transitada a cierta hora.
Y por supuesto, no se arrepiente de tomarse un momento para ayudar a cambiar uno de los neumáticos de la señora Flanders -o Maude como ella le pidió que le llamará- cuando se la encontró en el camino.
Fromanto su cuello, Naruto miró por la ventana para notar que el sol ya estaba por ocultarse. Chasqueando un poco la lengua, tomó sus compras del asiento del copiloto y bajó del auto; en su mano derecha un par de cajas de pizza y en la izquierda una bolsa de plástico.
“¿Necesitas ayuda?”.
Naruto miró en dirección a la voz de una muy conocida amante del jazz. Encontrándose con Bart, Lisa y Maggie de pie en la entrada de la puerta esperándolo; los hijos de Marge parecían muy alegres y un tanto sospechosos en la opinión de Naruto. Aunque desestimó el pensamiento tan rápido como llegó a su mente, probablemente los tres solo tenían hambre.
“Claro, gracias” respondió con una sonrisa, entregando la bolsa a Lisa y la cajas de pizza a Bart, feliz de que esa aura de incomodidad de antes parecía haberse esfumado. Vio entonces a Maggie con los brazos estirados en su dirección por lo que se inclinó a recoger a la menor de los Simpson.
“Mmm, huele muy bien” no pudo evitar decir Bart ante el hipnotizante olor que desprendía la comida. Lisa a su lado asintió, encontrando muy apetecible lo que Naruto trajo para comer.
La reacción de los niños hizo que valiera la pena ir tan lejos por la comida, jugando un poco con Maggie, el Uzumaki cerró la puerta luego de entrar a la residencia “Y sabe aún mejor. Está un poco lejos, pero…” Naruto no pudo terminar la frase ya que su atención repentinamente fue llamada hacia la hermosa mujer que encontró al mirar hacia la segunda planta.
De pie al final de la escalera se encontraba una mujer que conocía bien. Sin embargo, a pesar de saber de quién se trataba, su mente no pudo evitar pensar que era una mujer completa desconocida. Su calzado era el mismo, el vestido que cubría el sensual y curvilíneo cuerpo de la mujer seguía siendo del mismo tono de verde, incluso las perlas alrededor de su cuello no cambiaron un ápice desde que se fue.
Pero fue al concentrarse en su hermoso rostro de ángel cuando noto aquello que la diferenciaba de la ama de casa de la que se despidió hace unas horas.
Labios carnosos y perfectamente pintados de carmín, mejillas espolvoreadas con una ligera capa de rubor, sus ojos de color avellana se veian un poco más grandes gracias al delineador negro y sus pestañas parecian enviar vendabales cada vez que parpadeaba.
“Tu cabello…” dijo Naruto mientras veía a la mujer bajar por las escaleras. El cambio más drástico y sorprendente fue su larga melena de color azul. Naruto se había acostumbrado al inusual peinado de Marge, aunque extraño, le combinaba a la mujer.
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El nuevo vecino de Springfield
FanfictionSolo acompañaba a una amiga, casi una madre para él, a visitar la tumba de su difunto hijo. No esperaba encontrar un agradable lugar para mudarse y vivir. Su vida de aventuras, romance y locura parece solo haberse vuelto aún más complicado luego de...