Capítulo 5: En Flourish y Blotts

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Capítulo 5: En Flourish y Blotts

Hola a todos! Bienvenidos un domingo más a esta historia! :D

Para empezar, perdón por la ligera demora en la subida de este cap. Suelo subir capítulos los domingos por la mañana, pero hoy ha sido un caos! Ha sido un finde lleno de compromisos familiares y no he tenido tiempo para coger el portátil y subir el capítulo por la mañana, una disculpa! De hecho, llevo sin dormir más de 35 horas XD Ha sido un finde movidito.

No os preocupéis, la semana que viene el capítulo estará subido domingo tempranito, como siempre! :3

Y sin más demora (que ya ha habido demasiada), a leer!

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Dumbledore se puso en pie, tomó el libro y leyó:

— El siguiente capítulo se titula: En Flourish y Blotts. ¿Quién quiere leerlo?

— Yo — dijo Sirius en voz alta. Dumbledore le sonrió.

— Adelante.

El comedor al completo se sumió en un profundo silencio. Decenas de miradas seguían a Sirius mientras subía a la tarima, pero a él no parecía importarle lo más mínimo que la mayoría de los estudiantes estuvieran aterrorizados ante su presencia. Tal era el silencio, que ni siquiera la profesora Umbridge o el ministro se atrevieron a abrir la boca, aunque dejar a Sirius Black leer definitivamente no les hacía ninguna gracia.

— En Flourish y Blotts  leyó, con una sonrisa. — Espero que el capítulo sea más interesante que el título.

Nadie rió, aunque Ron sonrió y Harry rodó los ojos.

La vida en La Madriguera no se parecía en nada a la de Privet Drive. Los Dursley lo querían todo limpio y ordenado; la casa de los Weasley estaba llena de sorpresas y cosas asombrosas.

Nott sonrió con desdén.

— No sé si "asombrosas" es la palabra que yo usaría.

Aunque al principio no parecía intimidado por Sirius, una mirada molesta por parte de éste fue suficiente para conseguir que Nott bajara la cabeza.

Harry se llevó un buen susto la primera vez que se miró en el espejo que había sobre la chimenea de la cocina, y el espejo le gritó: «¡Vaya pinta! ¡Métete bien la camisa!»

Algunos rieron, pero fueron risas apagadas. Miraban con cautela a Sirius y no se atrevían a hacer el más mínimo gesto que pudiera interrumpir la lectura.

El espíritu del ático aullaba y golpeaba las tuberías cada vez que le parecía que reinaba demasiada tranquilidad en la casa.

Tendríamos que hacer algo al respecto — dijo Molly.

— ¿Pero qué gracia tendría eso? — dijo Arthur. — El espíritu le da más personalidad a la casa.

Y las explosiones en el cuarto de Fred y George se consideraban completamente normales.

— Por qué será que no me sorprende — rió Angelina. Acto seguido, lanzó una mirada inquieta a Sirius, pero éste sonreía y no parecía importarle lo más mínimo que le interrumpieran.

Lo que Harry encontraba más raro en casa de Ron, sin embargo, no era el espejo parlante ni el espíritu que hacía ruidos, sino el hecho de que allí, al parecer, todos le querían.

Hogwarts lee Harry Potter IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora