Capítulo 14: La poción multijugos - 2

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Capítulo 14: La poción multijugos - 2

Hola a todos! Bienvenidos otro domingo más! :D

De verdad, no puedo expresar lo mucho que os agradezco vuestro apoyo. Muchas gracias!

Y ahora sí, a leer!

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Lívido de ira, Snape recorrió la página con los ojos, escaneando en busca de información sobre lo que había pasado después.

Dumbledore se puso en pie.

— Severus…

— Lee esto — replicó Snape, entregándole el libro a Dumbledore con un gesto tajante. Tenía los labios tan apretados que Harry pensó que debía dolerle.

El director leyó la parte que Snape le señalaba, mientras todos esperaban ver su reacción, expectantes. Sin embargo, unos segundos después Dumbledore suspiró.

Harry notaba como si tuviera una piedra en el estómago. Ron estaba blanco como el papel, mientras que Hermione parecía la borde de las lágrimas.

— Vamos a hacer un descanso — declaró Dumbledore finalmente. Se escucharon jadeos, pero nadie se atrevió a rechistar. — Señorita Granger, señor Potter, señor Weasley, acompáñenme.

Y, dicho eso, se encaminó hacia las puertas del comedor.

Sin atreverse a mirar a nadie, Harry y Ron se pusieron en pie y se unieron a la comitiva que seguía a Dumbledore, formada por Snape, Hermione y la profesora McGonagall. Los seis salieron e, inmediatamente, el zumbido que había ido creciendo en intensidad en los oídos de Harry explotó cuando decenas de estudiantes dejaron de murmurar y pudieron hablar libremente.

Sin embargo, a Harry no le dio tiempo a entender nada de lo que decían antes de que las puertas del comedor se cerraran a sus espaldas.

En silencio, subieron hasta la planta donde se encontraba el despacho del director. Harry no se atrevía a mirar a la cara a sus amigos, y ellos tampoco parecían inclinados a hacerlo. Ron tenía la vista puesta en sus pies mientras andaba y, cada pocos segundos, un sollozo de Hermione rompía el silencio.

A Harry le habría gustado consolarla, pero no sabía cómo. Tampoco se sentía capaz de averiguarlo.

Llegaron hasta la gárgola que protegía la entrada del despacho del director. Por primera vez en mucho tiempo, Harry notó lo fea que era. Subieron sin que Harry supiera cuál era la contraseña, porque su cerebro estaba ocupado pensando otras cosas.

Había tenido sus dudas, pero, a fin de cuentas, no había creído que fueran a expulsarlos. Ahora, con Snape completamente furioso, Dumbledore sosteniendo el libro y McGonagall con los labios más apretados que nunca, pensó que quizá había subestimado la situación.

— Tomad asiento — indicó el director. El trío obedeció sin rechistar.

Hubo una pausa en la que Dumbledore se llevó sus dedos largos y arrugados a los ojos y apretó, como intentando aliviar un dolor de cabeza.

— Por favor — dijo finamente. Parecía tan cansado que Harry no pudo evitar sentir cierta lástima por él. — Justificad vuestras acciones.

Hermione abrió la boca para decir algo, pero de ella solo salió un sollozo. Incapaz de articular palabra, la chica se deshizo en lágrimas mientras Ron la miraba de reojo, impotente. Sintiendo que debía tomar las riendas, Harry habló el primero:

Hogwarts lee Harry Potter IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora