6

3.6K 282 38
                                    


Lena POV

Este precioso ángel. Este inocente trozo de perfección.

Todavía respira, todavía está muy viva, pero parece que la fuerza de ese segundo orgasmo fue demasiado. La chica está inconsciente.
Mi chica. Mía. Ya lo era, pero ahora que la he saboreado, que la he sentido en mi lengua, que me he aferrado a su cuerpo mientras se retorcía y gemía como una puta lasciva, nada en el mundo podría impedirme quedármela para mí.

Ahora y siempre.

—Ahora descansa —susurro, recogiendo su ropa antes de levantar su pequeño cuerpo sin ningún esfuerzo. Apenas pesa como una pluma y se adapta perfectamente a mi pecho, durmiendo profundamente mientras la llevo por la habitación y subo las escaleras.

Es mía. Ahora mi alma puede descansar, tranquila y sosegada sabiendo que está cerca. Por primera vez en días, me siento en paz, contenta, como si todo estuviera en su lugar.
Barbara ha dejado el dormitorio limpio como una patena, como siempre, así que acuesto a Kara a los pies de la cama antes de bajar el edredón y la manta que hay debajo, y luego la coloco suavemente con la cabeza sobre la almohada. Su pelo se abre en abanico sobre la funda blanca como un halo, y no puedo evitar probar su sedosidad dejando correr un mechón entre mis dedos.

Cada parte de ella, de la cabeza a los pies, es perfecta.

Dejo su ropa a un lado y me desnudo rápida y ansiosamente hasta quedarme en calzoncillos. Con un antojo satisfecho -el sabor de su coño, que aún perdura en mi lengua- otro asoma la cabeza, haciéndose notar.

La necesidad de sentir su piel sobre la mía, de rodearla con mi cuerpo y acunarla, de sentir los latidos de su corazón mientras disfruto de su dulzura y su calor.

En el momento en que me deslizo entre las sábanas, mi polla está en posición de firme, y no puedo evitar la forma en que se aprieta contra su culo regordete cuando me acerco a ella. Joder, esto es más profundo que la lujuria. La sensación de bondad que me invade cuando mi cuerpo toca el suyo, cuando mi ángel se acurruca contra mí.

Incluso inconsciente, ansía mi cercanía. Mi toque.

Ahora más que nunca, estoy decidida a tenerla. Cuando quiera, donde quiera, todo el tiempo que quiera. Y eso será para siempre porque no habrá forma de sacarla de mi sistema. Ahora la llevo en la sangre, en el alma.

Amo a esta mujer.

Apoyo la mejilla en su cabeza, cierro los ojos y doy gracias a la fuerza que nos ha unido. No sé lo que he hecho para merecerla, pero lo haré de nuevo y durante el resto de mi vida si eso significa tener el honor y el placer de contar con su presencia.

Tras unos largos y preciosos instantes, empieza a removerse, murmurando suavemente, somnolienta. Tanto mi corazón como mi polla reaccionan anticipándose a lo que está por venir.

-¿Lena? —Me estremezco por la forma en que dice mi nombre, la confianza en su voz.

—Aquí estoy, ángel mío. —Como para demostrárselo, la abrazo con más fuerza, maravillada por la torma en que encaja contra mí como una pieza de puzzle.

Al principio, supongo que es accidental. La forma en que menea el culo contra mi entrepierna, la fricción casi insoportable.

-¿y tú? —susurra.

-¿Qué hay de mí?

—Te ocupaste de mí, ¿verdad? —Esta vez se frota contra mí deliberadamente, sin dejar lugar a dudas. —Quiero ocuparme de ti. Quiero más.

Sólo puedo gemir. —¿Te das cuenta de lo que estás pidiendo?

—Lo sé. Sé exactamente lo que quiero. —Estoy a punto de explotar, indefensa ante el poder que ejerce sobre mí. Para cuando me separo lo suficiente como para ponerla boca arriba, la excitación me hace gotear.

Falling (Adaptación Supercorp) Lena gip Donde viven las historias. Descúbrelo ahora