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Sonreí al lado de Dustin. Por el horizonte se acercaban los murciélagos.

- ¡Dustin! -Alcé la voz por encima de la guitarra de Eddie.

Una nube negra se acercaba, eran ellos, los murciélagos.

- ¡Dustin! -Volví a gritar pero me ignoró.- ¡EDDIE!

Ninguno me hacía caso, di unos pasos a Eddie, Tomé su hombro y  el solo inclinó su cabeza y besó mi cabeza.

- Treinta segundos! -Gritó Dustin.

Dustin empezó una cuenta regresiva, Eddie tocaba como nunca. Pero yo estaba nerviosa, nerviosa de que todo saliera mal.

- ¡UNO! -Gritó Dustin y fue un alivio para mí.

Bajamos rápidamente del remolque. Eddie me ayudó a bajar de un brinco.

- Dustin! -Tomé su brazo y corrí.

- RÁPIDO RÁPIDO -Gritó Dustin.

- DAN -Eddie tomó mi mano y me jaló hacia dentro del remolque.

Los tres entramos rápidamente y por fin el aire salió de mis pulmones. Eddie se recargó en la pared.

Había sido un éxito.

- El... metal... Más pesado!! -Bofeo Dustin.

La tres brincamos de emoción, nos había salido bien, ahora no teníamos que seguir el plan.

Nos ubicamos en el centro, en la sala. Nuestras espaldas topaban y vigilamos que no entrarán por ningún lado.

Sus chillidos se escuchaban fuera del remolque, pero por un momento hubo un silencio.

- HIJOS DE PUTA! ¿YA SE RINDIERON? -Gritó Dustin.

- Shhh -Volteó Eddie- No tenías que decir eso

- Callense -Dije cuando los empecé a escuchar chillando otra vez.

- Están en el techo -Murmuró Eddie.

- Carajo -Dustin apretó su lanza- Carajo

- Mierda -Susurré.

Guardamos silencio, nuestras miradas se dirigieron por todo el techo hasta que paramos en un conducto.

- ¿No pueden estar por ahí? O si -Ni siquiera terminó de fórmular bien.

Estaban ahí. Comenzaron a picar con sus lanzas el conducto.

Los miré eran solo dos, pero dentro habían más. Miré a todos lados. Tomé la tapa de basurero con clavos y tomé el hombro de Eddie.

- Eddie -El ni siquiera me miró- Toma!

Eddie se detuvo y me miró de arriba a abajo.

- ¿Que haces?! EDDIE -Gritó Dustin- AYÚDAME.

-Haste a un lado -Eddie lo empujó y con toda su fuerza golpeó el techo, dejando la tapa pegada en el techo. Cubriendo el conducto.

¿Estamos a salvo?

- ¿Hay más conductos? Eddie -El rápidamente me miró.

- Mierda! -Corrió. Dustin y yo lo seguimos.

Ni siquiera me dejaron entrar con ellos cuando regresaron nuevamente.

Ahora estaban dentro, estaban en la habitación de Eddie golpeando fuertemente la puerta de madera logrando astillarla.

- Vamonos de aquí -Ordenó Eddie- Vamonos de aquí!

Corrí tras Dustin, se estaba saliendo de control.

Mi Ex Sexy De Hawking | 𝚂𝚝𝚎𝚟𝚎 𝙷𝚊𝚛𝚛𝚒𝚗𝚐𝚝𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora