CAPÍTULO 4 ~NECESITO QUE LA ENAMORES~

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~León ~

Me quedé con Macarena en la parte de la tienda viendo cómo la tía Aless subió las escaleras, no se qué exactamente, pero siento que algo le pasa, ellas es rara pero hoy estaba más rara que de costumbre.

- Bueno... Usted dirá en qué le puedo ayudar.

Dirigí mi mirada a ella y no voy a mentir, era muy bella.
Tenía pintada en sus labios una muy bella y resplandeciente sonrisa, no tendría más de veinte años.

- Mm, necesito tres pares de prendas formales y el resto que sea solo ropa cómoda. - le regale una sonrisa y ella igual a mí.

- Entonces podemos empezar por este lado - señaló hacia su derecha y empezó a caminar en esa dirección, la seguí y la observé cuando empezó a descolgar algunas perchas con ropa. - puede probarse esto y si le queda bien hay otros dos parecidos en azul marino y negro , ah y también en rojo carmín. - me extendió una camisa negra, con unos pantalones del mismo color y un saco beige que tome entre mis manos con cuidado para que no se dañara, en lo personal no me gustó el color del saco pero no hacía daño probándolo.

Además se muy bien cómo son las cosas en esta tienda, si me va esta ropa, me va todo lo que tenga el mismo talle, esa era una de las particularidades de la tienda de la tía. A diferencia de otras que dicen un talle pero luego según el color ya cambia aunque tengan el mismo número.
Creo que por eso también elegían mucho venir aquí.

Ya en el probador me cambié por completo, me mire al espejo y no pudo evitar reírme de mi mismo.
No me gustaba mucho la ropa formal pero era necesario tenerla.

- ¿y? ¿Que tal todo? - habló la chica de piel morena detrás de la puerta del probador.

- Bien, enseguida salgo.

Me quite el saco, el pantalón y volví a ponerme el que tenía cuando entré, me deje puesta la camisa y salí con las otras dos prendas en la mano.

- ¿Entonces?

- Llevo dos sacos, uno azul y el otro negro. - ella fue anotando en una pequeña libreta que tenía cada prenda que le iba diciendo- dos pantalones del mismo color que los sacos. Dos camisas negras y dos blancas, ah, me llevo está puesta. -le avisé lo de la camisa que no me había quitado y ella simplemente asintió tomando el saco y el pantalón.

- Veo que tú tampoco quieres el saco beige. - negué intentado disimular mi cara de asco pero no funcionó, ya que se le escapó una risita suave - nadie lo quiere.

Ambos reímos y ella fue a buscar lo que le. Había pedido, no sin antes mostrarme dónde estaba la ropa más informal. En pocas palabras, cómoda.

Creo que se me fue la mano eligiendo la ropa, llene alrededor de cinco bolsas, y otras dos con zapatos de vestir y zapatillas.

- Bien, ya está todo.

- Si, no quiero abusar de la amabilidad de la tía. - estaba por darme las bolsas cuando dió un brinco.

- ¡Las medias! - fue corriendo al almacén del local y trajo como unos seis pares de medias - ahora sí, ya estás completo.

Sonreí agradeciéndole, no me sorprende que trabaje aquí, además de bonita era muy eficiente.

- Gracias Macarena.

- No, es un placer joven...

- León, mi nombre es León

- León - sonrió muy amable y bajo un poco la mirada- si no necesita nada más, la señora lo espera en la oficina. -Cierto, lo había olvidado. - es la primera puerta subiendo las escaleras.

De Un Trato Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora