Explosión,Deseo, Entrega

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Sin más que decir fui sacado de la oficina del director a empujones y me deseo buena suerte.

Al salir de su oficina me encuentro a Mora y enmarcó una ceja en su dirección. Tomo la pequeña hurón en brazos quien me acompaña hasta las mazmorras y al entrar a esta no dudo en decir la palabra sangre pura para entrar.

Voy hasta mi habitación y no me sorprendo en ver a la Flor acostada en mi cama que al sentir mi presencia se levanta.

Tomo mi varita y murmuro el hechizo de Muffliato.

-¿Lo sabes?

-¿Me lo dirás tu hada? –(dije serio)- me crees estúpido y jugaste conmigo.

-No tenía toda la información OK –(la veo defenderse)- el profesor Snape me explico algunas cosas.

-¿Escuchas a otros antes que a mi? –(dije decepcionado)-

-¡Ese es el problema Theo!, solo discutimos y me tienes alejada, no nos comunicamos Theodore Nott, ¿crees que no sabría que este collar me da acceso a tu dinero? –(dijo molesta)- se que tienes un motivo para estar en Hogwarts, yo también Theodore, debes confiar en mi, se que Dumbledore te lo dijo, ambos nos necesitamos, y la confianza se debe crear, nuestro vínculo es un problema.

-¿Cómo resolvemos eso?, ¡no quiero joderte la vida!

-¡No soy una criatura humana de 14 años!, tengo mi inteligencia Theodore, ¿Qué te asusta? –(me pregunto mientras me empuja fuertemente)- ¡POR QUE SI SABES COMO SOLUCIONAR EL PROBLEMA HUYES!

-POR QUE ODIO SER COMO MI PADRE, POR QUE ME DA MIEDO EL PODER DE TENER UN HADA Y SER ÉL ¡MIERDA¡, ME ATRAES MUCHO Y TEMO JODERTE, NO SOY ÉL.

Luego de gritar ese miedo siento que puedo respirar, la determinación de Azalea me desarma ya que no dudo en sacarse el pijama y vaya sorpresa fue ver su cuerpo desnudo.

Reparo en su cuerpo y veo que a pesar de lucir como una adolescente en su rostro, su cuerpo es el de una mujer en sus veinte años, su cintura es pequeña y sus caderas son anchas, joder verla desnuda para mi y sin pudor alguno me nubla la cordura.

La recorro sin pudor alguno viendo su cuerpo perfecto y debo decir que caí ante el encanto de esa pequeña y molesta hada.

Como un león hambriento me acerco a ella y la cargo entre mis brazos para dirigirnos hasta mi cama, Azalea se aferra a mi cuerpo al enrollar sus piernas en mi cadera.

Sus labios y sus besos son adictivos y con ella me tomo el tiempo.

Sus manos recorren mi piel suavemente y disfruto de tenerla indefensa y vulnerable para mi.

Mis labios dejan su boca y empiezo a dejar besos por su cuello hasta llegar al valle de sus apetecibles senos y no dudo en llevarme uno de estos a mi boca y darle atención a estos mientras la siento estremecer y gemir dulcemente.

Sigo en mi tarea dejando besos y marcando su piel, dejando mordidas suaves en sus pechos, su cintura y cadera hasta llegar hasta su rosado coño, sigo mis instintos carnales y no dudo en disfrutar de ella y pasar mi lengua en esa zona sensible. Disfruto su sabor dulce y lo digo en forma literal ya que su sabor es comparado al de el néctar de una dulce flor.

Disfruto de escucharla gemir y solo me separo cuando la siento explotar en mi boca.

La veo mirarme apenada y sonrojada luego de haberla hecho tener ese orgasmo dulce con mi boca.

Sus ojos castaños se encuentran conmigo y le hago una pregunta silenciosa que no tuve que formular.

Al tener su asentamiento de cabeza me pongo en pie y me saco el pantalón de pijama y mi ropa interior dejando libre mi polla ante ella.

Theodore Nott/Tras Las Sombra Del Elegido 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora