Capítulo seis

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El que no juega, que no opine de la grada

Al llegar a la cancha los dos chicos fueron a saludar a sus amigos mientras que Candela sólo los seguía.

- ¿Qué onda, Duko?- dijo el morocho en modo de saludo.

- Todo bien, King. ¿Vos que onda? ¿Y ella?- preguntó haciendo referencia a la castaña quien miraba la charla atentamente.

- Es Cande, ¿no te acordas?- cuestionó mirándolo obvio y ella sólo se limitó a sonreír.

- Hola, ¿Todo bien? Mira, allá está Emi, capaz pegan onda.- habló mientras señalaba con la mirada a su novia.

- ¿Vamos?- preguntó Thomas y ella asintió. Él la agarró de la mano y la guió hasta donde estaba la cantante, dejando a los cara tatuada hablando.

- Me da vergüenza, Thomi.- admitió la chica mientras lo frenaba.

- Dale, Cande. ¿Es joda?- preguntó irónicamente mientras levantaba las cejas.- Cande, mírame. - pidió consiguiendolo.- ¿Qué te da vergüenza, Can?

- No sé, Thomi. Es que, mírala a ella y mírame a mí. Es hermosa, y bueno, yo tengo salud.

- Candela volves a decir eso y te juro que te parto la boca.- advirtió poniendo su mano en la mandíbula de la femenina.

- ¿Thomi?- preguntó la pelirosa acercándose a ellos.

- Hola, Emi.- saludó el castaño mientras abrazaba a la chica.

- Ah, bueno. Si me la presentabas antes que a Mauro no me quejaba, eh. Hola bonita.- dijo amable la anterior nombrada, mientras sonreía.

- Un gusto Emi, soy Candela.- se presentó tímida la de hebras marrones, imitando su acción.

- Pero no le gusta que le digan Candela.- avisó el chico haciendo que la castaña sonría.

. . .

Había pasado aproximadamente una hora desde que habían llegado.

La de ojos café no dejaba de mover su pierna de arriba a abajo, lo que evidenciaba la ansiedad que sentía.

El equipo de su "amigo" iba en desventaja, lo que causaba que él esté enojado y sus amigos jueguen con enojo.

El entretiempo había empezado y dudó si acercarse para intentar tranquilizarlo, finalmente se decidió por ir, no perdería nada.

Avanzó entre la aglomeración de gente y pudo encontrarlo.

- Thomi, ¿querés?- preguntó extendiendole una botella de power ade. Él sólo la tomó con enojo y se sentó en una de las butacas. - Relájate, a las piñas no vas a conseguir nada. No actúes en caliente, después cuando te queres matar del arrepentimiento es tarde.- avisó un poco enojada mientras se ponía en cuclillas para conseguir que él la mire. - Es un partido de muchísimos más, no te frustres ahora. Es más, es el primer cuarto, ni te amargues porque no es el resultado final. Si te calmas, les mostras seguridad y pensas claro: va a salir todo perfecto, como a vos te gusta que te salgan las cosas.

- Es que vos no entendes, vamos veinte puntos abajo. ¿Cómo mierda solucionamos eso?- escupió con enojo mientras se pasaba las manos por su cara con frustración.

- Tenés razón, no te entiendo. Pero tus compañeros sí, así que no te quedes acá sentado como un nene caprichoso porque así no vas a resolver nada.- las palabras salieron como si estuviese retando a su hermano pequeño, pero no se arrepentía. Por más que le cueste, si no era así de dura, no lo iba a entender.

- Déjame sólo, Candela.- pidió mirándola a los ojos. Estaban más oscuros de lo normal y podía reflejarse fácilmente el enojo.

- No, no te voy a dejar sólo. Porque si te dejo acá sólo vas a hacer las cosas como el orto y después te vas a enojar peor, deja de pensar en vos y pensa en como deben estar ellos.- apuntó a sus compañeros de equipo. - Ponete en su lugar también. Porque que seas "el capi" no te hace mejor persona, hace que confíes en vos y en tus compañeros. No siempre van a ser buenos los resultados, no te acostumbres a eso.- finalizó para levantarse e irse al lugar donde estaba sentada anteriormente. Él ni siquiera se movió.

Él se quedó ahí, mirando el piso. Buscando alguna razón por la cual no le había dicho a la chica que el motivo de su enojo no era por el partido, sino la cercanía que esta y el pelinegro habían tenido durante su ausencia, pero que por miedo al rechazo, la escondía y fingía que el enojo era por la puntuación del partido.

El morocho pispeo el tiempo, faltaban menos de cinco minutos para que termine. No podía quedarse sentado ahí.

Después de acercarse a sus amigos y darle una charla motivacional, fue con la castaña que tan enamorado lo traía.

- Cande.- llamó y ella lo miró. - Perdón, estaba enojado.- se disculpó recibiendo una sonrisa de la chica.

- Me imaginé.- respondió tajante y él asintió.

- Te lo voy a recompensar, te juro.- concluyó y dejó un fugaz beso en sus labios, dejando a la morocha atónita y con una sonrisa imborrable.





















HOLAAAAA

Uno cortito porque el que sigue es muuuy largo.

Videoclip | Rusher KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora