Videoclip | Rusher King

Capítulo siete

❝A mí me tiene' bien mal, mal, mal❞

La chica había quedado atontada con ése beso fugaz que él le había dejado. El pelinegro, en cambio, estaba sorprendido y emocionado.

Él había sido el primero en creer que ellos dos podían crear un vínculo amoroso, a diferencia de él y Camila, que ni siquiera podían hablar dos minutos sin discutir.

- Decime que estás enamorada, sin decirme que estás enamorada. - jodio el cara tatuada y ella le golpeó el brazo.

- No estoy enamorada, fantoche. - aclaró mientras volvía a poner la mirada en el morocho.

- Mirá vos, ¿entonces tenes ganas de que te ropa en veinte nomás? - preguntó irónico, recibiendo una sonrisa nerviosa.

- Puede ser, pero enamorada no estoy. - confirmó riendo. - Además es alto bombón, seguro tiene novia.

- ¿A vos te pagan por pensar? - la chica lo miró confundida y negó. - Se nota, amiga. ¿Te pensas que si tiene novia te va a encajar un beso? ¿Sos loquita?

- Puede ser, con lo bueno que está no me sorprendería que sea gato. - hablo en un tono de desilusión, logrando que el pelinegro la mirara.

- ¿Vos estás segura que no te gusta, Cande? - consultó serio.

- Segura no, pero no sé, es difícil. No sé si tiene a alguien en baires, o si no busca algo serio. Yo para algo de un rato no estoy. - aclaró la castaña.

El pelinegro sabía más que nadie que podía había muchas posibilidades de que alguien lo espere a la vuelta, pero no comprendía que le había hecho esa chica que no dejaba de hablar de ella ni un segundo. Siguió comiéndose la cabeza hasta que un grito lo sacó de su cabeza.

El equipo del enamorado de su amiga habían ganado.

- Ahora vas y lo felictas dándole un beso. - ordenó el chico y ella negó.

- Estás en pedo vos. - exclamó nerviosa. Él solo se rió y le hizo señas para que venga.

- Felicitaciones, cajetudo. - dijo el pelinegro revolviendo el pelo del contrario, haciendo que sonría. - Me voy con el Duko, avísame cuando se estén por ir. - le pidió a la morocha y ella respondió un corto "si ''.

- Felicitaciones, bonito. - habló la morocha, cuando la mirada del chico cayó encima de ella.

- Gracias, hermosa. - respondió, atrapandola en sus brazos. - Todo fue por vos, Candelita. Gracias por venir.

- No es nada. - sonrió y lleno la cara de la femenina de besos.

- Vamos a ir a comer con los chicos, ¿venis? - consultó él, acunando la cara de la contraría en sus manos.

- ¿Vos querés que vaya? - preguntó la chica y él hizo mala cara.

- Obvio, nena, sino ni te diría. - continuó dando besos en su cara, mientras veía a la chica sonreír.

- Bueno, dale. Vamos. - aceptó la morocha, y él sonrió como infante.

La castaña, para evitar el aburrimiento, decidió acercarse a la pelirosa para entablar alguna conversación sin importar o insignificante. Aunque para su sorpresa, fue más llevadero charlar de la música aunque Cande no entendiera mucho.

- No quiero sonar metida, ni nada por estilo, eh. Pero, ¿ qué onda vos y Rusher? - preguntó Emi, consiguiendo una sonrisa nerviosa de parte de la contraría. - No te preocupes igual, si no me querés contar está bien. - avisó, con una tonalidad tranquila que le transmitió seguridad a la castaña para contarle.