D o c e

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Cuatro días han pasado desde que Tzuyu ya no le dedica ninguna palabra a Nayeon.

Cuatros días los cuales han sido un infierno para la mayor, necesita acariciar el suave cabello de Chou, ver sus lindos ojos cuando se acerca y la saluda y sobre todo, tenerla cerca.

—Nayeon Unnie, ¿Viene conmigo a la tienda?—Preguntó Sana, con esa tierna mirada angelical al entrar al salón principal de la casa.

—Claro peque, buscaré mi abrigo.—Se levantó del sofá en el que estaba y caminó hasta su cuarto.

Tomó su abrigo beige y también aprovechó para cambiarse a unas botas cortas, cuando estuvo lista salió de la habitación y vió a Tzuyu hablando seriamente con San, su mirada decía algo.

—Vamos Sana.—Habló la mayor del grupo, sonriendo, tratando de ignorar la presencia de la chica que inundaba sus pensamientos.

—Claro Unnie.—La japonesa le sonrió nerviosa a Tzu y salió de la casa camino a la tienda cerca de allí.

Compraron algunas cosas, como ramen instantáneo, dulces y papas fritas, ya que terminó la temporada de promociones y podían salirse de la dieta a veces.

Al pagar, algo sonó afuera del local, como si alguien o algo había chocado contra el ventanal, un ruido algo molesto.

—Uh?—Minatozaki caminó a la puerta mientras Eunbi seguía pagando y lo primero que vió al abrirla fue a una chica conocida. Tzuyu.

—Hola Sana Unnie...—Rió nerviosa, mientras se acomodaba las zapatillas deportivas que llevaba puestas.

—¿Que haces?

—Uh, nada, vine a comprar.

—Hubieras salido con nosotras Tzuyu-ssi.—Frunció el ceño, cruzando sus brazos.

—No! No quería molestarlas, se me ocurrió de último minuto.—La verdad era que estaba vigilando a las chicas, algo tétrico, la verdad. Su sonrisa desapareció al ver la recién salida de la tienda.

—¿Que pasó Sana-ssi? Oh.—Se respondió a si misma cuando vió a la contraria.

—Ya es hora de que empiecen a hablar!—Gritó alguien por detrás.

—Silencio Dahyun!—Gritó de vuelta Tzuyu.

El plan de Dahyun funcionó, ¿en que consistía? empujar a Tzu hacía el ventanal para que el dúo de chicas la vieran y pueda hablar con Nayeon. Ahora ahí estaban las dos chicas sentadas en la salida del local, mirando el suelo sin saber que decir.

—¿Que hacías aquí?—La mayor
cuestionó.

—Nada.

—Bien.—Se frotó las manos levantándose del suelo, estaba algo frustrada y enojada. ¿Que pensaba Dahyun al dejarla junto a Tzu, la cual ahora mismo la odia?

—Unnie!—Exclamó antes de que Nayeo diera tan solo un paso.—Yo.. lo siento por no hablarte en todo este tiempo.

—Uhm

—Solo que dijiste algo que no me gustó y..

—Lo sé.

—Qué?

—Se que estás molesta porque las otras chicas me tratan como madre y yo a ellas como hijas. Se que te molestó que te dijera que solo te veo como una hija más. ¿Te molesta que trate a otras como mis hijas?

—No, Unnie, eso no.

—Entonces? Siempre supe que no querías que las demás me trataran así porque eres celosa, ya sé que extrañas a tu madre y eso, pero no eres la única aquí ¿s-

—¡No me gusta que las trates tan cariñosamente porque me gustas!

—Tzuyu? Tzuyu!—Gritó cuando vio como la menor corrió en dirección a la casa.

Su corazón latía desenfrenadamente.

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