D i e c i n u e v e

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Tzuyu estaba desesperada, ¿cómo no? Su Unnie no era su novia, todo había sido resultado de su imaginación.
Se odiaba a si misma por haberse imaginado una extensa y conmovedora historia de amor entre ella y Nayeon.

Nayeon solo pasaba cada día normal, práctica, ensayos, grabaciones, descanso. Pero Tzuyu se estaba comiendo la cabeza buscando una forma de que todo lo que soñó se haga real.

—Tzuyu-ssi~—Escuchó su nombre ser pronunciado por alguien que recién entraba por la puerta principal de los dormitorios.—Te traje algo para que dejes de estar tan afligida.

- Que cosa? - Preguntó mirando a Jeongyeon. Esta dejó una bolsa en la cama de Chou y se sentó allí.

—Te traje un helado y muchas galletas.—Sonrió, abrió la bolsa y sacó lo mencionado.

—Gracias pero no funcionará.—Suspiró.—Nayeon Unnie sigue indiferente.

—Pero al menos te sigue tratando bonito.—Elevó los hombros.

—¡Ese no es el punto! En mi "sueño" Nayeon era mi novia, MI novia.—Se puso boca abajo en su cama, golpeando las almohadas que ahí habían.

—Y estás estresada solo porque no es tu novia?—Frunció el ceño.

—Si.

—Deberías dejar que las cosas pasen como pasaron en tu sueño, no te enojes porque nada te salga, el destino hace lo suyo.—Acarició la cabeza de Tzuyu.

—Gracias Jeongyeon Unnie

—No es nada.—Dijo.—Ahora comete el helado que se va a derretir.—Le dió unos suaves golpecitos a su cabeza y se fue de la habitación.

Tzuyu tendría que dejar que todo pasara a su forma y a su tiempo, pero estaba segura que debía contribuir para ello.

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