V e i n t i u n o

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Pocas palabras. Las dos eran de pocas palabras pero de muchas acciones, muestras de afecto por sonrisas y miradas.

Cada una era simplemente experta en transmitir el cariño y adoración a través de sus miradas.

Cuando chocaban sus ojos o sus sonrisas se sincronizaban, estaban más que seguras que la otra estaba feliz. Tzuyu tenía miedo a expresar sus sentimientos, pero Nayeon no se queda atrás.

Las dos tímidas y poco valientes.
Dos pequeñas almas que están aterradas de descubrir el mundo exterior.

[•••]

Tzuyu estaba durmiendo en su cama, cubierta por las mantas, su cabeza apenas se notaba debajo de estas.

Nayeon entró curiosa, habían visto una película todas juntas en la sala y Tzuyu fue a dormirse temprano cuando entró a su cuarto.

Despacio y cuidadosamente la miró, como un ángel, con sus ojos cerrados, su pelo hacía atrás y sus labios juntos.
Con sumo cuidado levantó las mantas, sentándose y metiendo sus piernas dentro de estas. Miró de reojo a la chica y esta estaba frunciendo el ceño, confundida de quien estaba corrompiendo sus sueños.

Abrió los ojos y la vió a ella, Nayeon estaba frente a ella, con una sonrisa viendo cada detalle de su rostro. Tzuyu sintió su corazón acelerarse, como su respiración se agitaba y su cuerpo temblaba.

—No tiembles cariño.—Le susurró su mayor. Pasó su brazo por su cintura y se apegó a ella, Tzuyu quedó pegada a Nayeon, sintiendo su delicioso aroma, casi inundándose con este.

Se sintió por desfallecer.

Las dos estaban pegadas a la otra, Chou tenía su cabeza pegada al pecho de su Unnie, esa cubría su cintura con su brazo y acariciaba su espalda.

Se sentía tan cálido.

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