La Flama (MEENBABE)

Capítulo 5

Meena humedece su rostro con un poco de agua fría. Aún le tiembla el cuerpo por lo ocurrido hace unos momentos. Preeda y Sunam irrumpieron en su lugar de trabajo para cuestionarla acerca de sus constantes visitas al Onix, sobre todo Preeda, quien no pareció nada contento cuando la empresaria le respondió que es libre de hacer lo que quiera. Sunam por su parte, le preguntó sobre las finanzas de sus hoteles. Desde hace tiempo tiene el deseo de invertir en sus negocios, pero Meena se ha negado rotundamente, sin embargo, sabe que Sunam la tiene en sus manos y que si él quiere puede obligarla a hacerlo. Algo le dice que ese día está muy cerca. 

Meena sale de su oficina a las siete en punto. Como siempre, en el camino a casa piensa en Aoom, así ha sido desde que la conoció, aunque ahora el sentimiento es diferente. Ya no puede negar que la bailarina le atrae demasiado, el beso de la otra noche lo confirmó. Aunque ella estaba borracha, recuerda a la perfección cada momento y todas las emociones que sintió, sin embargo no ha regresado al Onix. Aoom le gusta, pero sigue sin confiar en ella. Y ahora el tema de su deuda con los hermanastros la tiene también preocupada.

Jai mira a su jefa frotar su cuello con la mano por el retrovisor. Sabe que ha tenido esa expresión de preocupación desde aquella borrachera del viernes. Él no puede olvidar ese momento porque jamás había visto a su jefa en ese estado y no se refiere al estado etílico, sino a su estado de extrema felicidad cuando la vio entrar en el auto. Ella parecía otra persona, sonreía y hablaba consigo misma de una manera que daba risa y ternura a la vez. Pero al día siguiente, Meena había cambiado esa extrema felicidad por una angustia genuina. Él cree saber la razón de su estado de ánimo, aunque no está del todo seguro.

—    Disculpe que pregunte señora, pero ¿hoy tampoco quiere que la lleve al bar?

Meena lo mira sin comprender la pregunta. Si fuera otra persona, seguro que le habría dicho que no era asunto suyo, pero Jai y ella se conocen desde niños y hay una especie de confianza no establecida entre los dos.

—    Realmente quisiera —responde mirando por la ventana—, pero tengo muchas cosas en qué pensar y prefiero irme a casa.

Jai asiente con la cabeza y continúa manejando, sin embargo no se ha dado por vencido.

—    Puede confiar en mi —dice luego de un rato—. Si algo le preocupa, si es acerca de esos tipos, sabe que no está sola.

Meena cambia su expresión por unos segundos y sonríe.

—    Son esos tipos y...

—    ¿La bailarina? —Pregunta jai mirándola de reojo por el retrovisor.

—    Si, ella —responde Meena luego de un rato.

—    Si me permite decirlo, la preocupación por esos tipos no debería ser un impedimento para... intentar algo con la chica. Yo creo que ella solo se dedica a trabaja en ese lugar, si es que es eso lo que le preocupa.

Meena mira por el retrovisor a su chofer. Él está concentrado en el camino. Piensa en las pocas personas que tiene en su vida con las que siente verdadera confianza. Su madre es la primera de ellas, pero casi siempre esta de viaje. Su madre sufrió mucho cuando su padre vivía, era un marido muy controlador así que no quiere molestarla con sus problemas. Luego están sus excompañeros de la Universidad con los que a veces se reúne, pero son solo eso, amigos ocasionales cuyo tema se remite a recordar eventos pasados. En el trabajo no tiene confianza con nadie, su posición le impide ser cercana a alguien. Todo eso la hace cuestionarse sobre el tema de la confianza y cómo siempre ha tenido conflicto para depositarla en una persona. Sin embargo, Jai siempre ha estado ahí y sin darse cuenta es la persona que mejor la conoce. Eso le da la seguridad de hablar con él.