Capítulo 2

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— ¿Me vas a contar por fin porque le aventaste tu camisa favorita a esa mujer? —. Ice le pregunta a su amiga del otro lado de la cortina mientras le pasa otra prenda para que se la pruebe. Aoom sonríe y toma el vestido que su amiga le ofrece.

— Ya te dije que simplemente... decidí hacerlo, no lo pensé.

Aoom se prueba el vestido. Es rosa, escotado y muy ajustado, perfecto para una sesión de fotos. Mira su reflejo en el espejo y le gusta. Hasta ahora se ha probado cinco prendas, todas le gustan, pero solo puede llevarse dos. Ella gana bien en el bar, pero sus gastos también son muchos; la renta, el gimnasio, la comida, de ella y de su gato, la ropa cara, el maquillaje, la sesiones en el spa, las fotos, las clases de modelaje..., a veces tiene ganas de renunciar a todo y admitir que jamás cumplirá su sueño de modelar para marcar importantes, después de todo ya tiene 26 años, el tiempo esta pasando.

— Te conozco desde que solías comerte la tierra de las plantas de mamá, jamás has hecho algo sin pensarlo—Repite Ice—. A los 12 años le plantaste un beso a la chica más bonita del barrio porque ya sabías que te gustaba y no de una forma amistosa. A los quince reventaste los vidrios de la ventana de ese chico porque sabías que él se burlaba de mi peso, a pesar de que yo nunca te conté nada. A los 21 entraste a trabajar al Onix, no porque Preeda te prometió ayudarte a encontrar a tus padres sino porque querías ganar dinero para tus clases de modelaje. Te conozco muy bien y sé que no le regalarías algo tuyo a cualquier persona, menos a un cliente que...

— ¡Está bien! —Aoom asoma la cabeza por la cortina y la interrumpe—. Si hay un motivo, pero... no quiero que te burles de mí.

— Vamos, sabes que no lo haría. —Aoom alza una ceja—. Tal vez un poco, pero anda cuéntame.

Aoom se viste de nuevo, elige las prendas que se va a llevar y después salen de la tienda. Entran a un restaurante japonés. Es sábado y el lugar esta algo lleno, pero encuentran una mesa en el fondo.

— ¿Y bien? —Pregunta Ice, luego de que les traen la comida.

— ¿Alguna vez habías visto a esa chica? —Pregunta Aoom. Ice niega con la cabeza mientras muerde un pedazo de salmón—. Exacto, eso significa que jamás había estado en el bar, y me atrevo a pensar que en ningún bar de ese estilo.

— ¿Qué te hace pensar eso?

— No sé, algo en su postura, ella parecía querer lucir segura, pero algo no encajaba.

— Eso no explica por qué le aventaste tu camisa.

Aoom sonríe. Tiene un flashback de ese momento. Fue realmente divertido ver a esa mujer descomponerse totalmente cuando la prenda cayó en sus manos. Su expresión fue una mezcla entre asombro y vergüenza.

— Hubo un momento en que ella me miró de arriba abajo, sin ningún tipo de timidez. Se detuvo por un buen rato en mi abdomen y después me miró a los ojos y sonrió. Ese gesto fue el responsable de todo. Ella parece la típica chica que siempre obtiene lo que quiere en el momento en que ella lo quiere. Chica mimada y soberbia. Quería simplemente borrarle esa sonrisa de la cara.

Ice la miró confundida —Si sabes que eres una bailarina exótica ¿verdad? Los clientes van a mirarte.

— Ya lo sé, pero no creo que ella este acostumbrada a visitar esos lugares.

— Probablemente no es de por aquí, quizá solo esta de paso en la ciudad por negocios y quiso distraerse un rato. Las personas con dinero son extrañas—Untando más salsa picante en su ramen.

Aoom se queda pensando por un rato. Desde luego que la mujer parecía toda una empresaria. Su traje sastre negro parecía costo, así como los zapatos y el reloj que lucía. Además, los clientes del Onix suelen ser personas importantes; empresarios, políticos o turistas con mucho dinero.

La Flama (MEENBABE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora