Capítulo 3

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Capítulo 3

Meena camina de un lado a otro de la habitación. No sabe qué es lo que esta haciendo ahí, realmente no entiende qué la motivo a pedir un privado con esa chica, aunque de todos modos tampoco entiende por qué sigue viniendo a ese lugar. A tratado de ignorar esta pregunta, pero cada vez es más difícil hacerlo, sobre todo porque esta extraña obsesión parece crecer cada vez más.

Hay un sofá grande y cómodo en el centro de la habitación. Una pantalla y una pequeña mesa en una esquina son toda la decoración del lugar. Las paredes laterales son espejos y del techo cuelga una lámpara candil de cristal. También está completamente aislada de cualquier ruido. Meena se para frente a uno de los espejos. Se pregunta si acaso hay alguien detrás, observando todo. Mira su reflejo. Esta vez trae el cabello suelto. Su traje blanco continúa impecable. Se sienta en el sofá. Cruza una pierna, pero enseguida la baja. Coloca sus dos manos en el respaldo, pero tampoco le gusta esa posición, de hecho no le gusta estar sentada esperando. Si estuviera en su oficina, esperando a un cliente, estaría de pie, pero aquella habitación con luces tenues esta muy lejos de ser su oficina. Decide que es mejor levantarse, pero cuando esta por hacerlo la puerta se abre.

— ¿Te hice esperar mucho? —Pregunta Aoom al ver que Meena esta por levantarse.

Meena vuelve a acomodarse en el sillón. Se desabrocha el saco e intenta aparentar tranquilidad, sin embargo, está muerta del susto. De pronto siente que la habitación se ha vuelto más pequeña y asfixiante. No sabe qué hacer, mucho menos qué decir. Ella odia estar en desventaja, le gusta tener siempre el control de la situación, pero jamás ha estado en una situación así, ¿cómo se supone que debe actuar? No quiere que esa chica piensa que pidió un privado para hacer cosas, ella en realidad solo quiere conversar, aunque justo ahora se ha olvidado de cómo hablar.

Aoom nota su nerviosismo y le parece entrañable, de hecho le agrada esas dos características de su personalidad, por un lado se muestra segura e indiferente, pero por el otro es capaz de doblegarse a sus emociones. La prueba de eso esta ahí, ella pidió un privado, sin embargo se nota que esta muerta de miedo y no sabe qué hacer. Aoom quiere ayudarla a sentirse más cómoda, así que se acerca despacio hasta donde esta sentada. Nota que Meena se debate entre mirar su cuerpo, controlar el temblor de sus piernas o mirarla a la cara. Cuando esta parada frente a ella se inclina y coloca sus dos manos en el respaldo del sillón aprisionando a Meena por completo.

— Quería cambiarme y ponerme algo más bonito para ti, pero pensé que era mejor no hacerte esperar.

Meena está luchando por controlar sus emociones. Por un lado quiere tomar el control de la situación, alejarse de ella y simplemente hablar y por el otro quiere dejarse llevar por lo que sea que esa chica sea capaz de hacer. Nota que es tan fácil rendirse a su presencia y eso le da miedo. Pero a pesar de estar temblando, ella no baja la mirada, hay algo hipnótico en su rostro que le impide ver para otro lado. Cree que tal vez sea el antifaz y quiere quitárselo, pero Aoom detiene su mano.

— Puedes quitarme todo lo que quieras, menos el antifaz.

Meena se olvida de respirar. Lo contundente de esa frase la noquea, pero el golpe final es el contacto de su mano con la de ella, eso envía una corriente de electricidad por todo su cuerpo.

— Tu rostro es todo lo que quiero ver —dice por fin Meena. Su voz suena algo quebrada como si viniera de un lugar muy profundo.

Aoom le sonríe y se sienta a horcajadas sobre Meena, ambas manos ahora rodean su cuello. Se da cuenta de que ella esta sorprendida, pero no enfadada. Aoom tampoco está segura de lo que está haciendo, nunca ha estado en un privado con nadie. Sus compañeras le han platicado que allí pasa de todo. No sabe cuáles son las intenciones de esa mujer, pero ahora mismo está dispuesta a hacer cualquier cosa que le pida. Meena se sorprende cuando la bailarina se sube a ella, pero le sorprende más que aquel gesto no le moleste, al contrario, le gusta demasiado, se siente más cómoda. Los nervios han cesado un poco y en su lugar siente curiosidad de lo que esa chica es capaz de hacer.

La Flama (MEENBABE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora