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Frente al espejo del tocador, Jeon peinaba sutilmente su cabello mientras esperaba el momento para irse a la casa de los Kim, a pesar de no tener la energía suficiente para lidiar con ello trató de verse lo más presentable y disimular su estado de ánimo. Siempre era la misma rutina; presentarse amablemente con la familia, escuchar todo el día los halagos extraños de Haerin y la suma incomodidad al estar junto a ella.

Finalmente y después de arreglar su traje salió de la habitación rumbo a las escaleras, notó a sus padres y el rey Park conversando en los pasillos por lo que se dispuso a ir a la pequeña sala de descanso antes de marcharse del lugar.

Al intentar ingresar se percató de la presencia de Jimin quien estaba sentado en un pequeño sillón café de piel, leía un libro con tal atención que Jungkook dudaba de si lo había visto llegar, o hasta que golpeó el marco de la puerta con sus nudillos haciendo que el rubio diera un pequeño salto en su lugar por el sonido.

A-ah, lo siento Jimin, es solo que... olvídelo.

No se preocupe, ¿Ya es hora de irnos? – preguntó cerrando el libro con delicadeza.

No falta mucho al parecerresponde asomando su cabeza por el pasillo confirmando que sus padres estuviesen en la misma plática de antes.

El rubio asintió para luego levantarse del sofá y caminar hacia un estante que se encontraba frente a él con intenciones de devolver el libro que había tomado minutos antes.

Me pregunto, ¿Por qué tendrían tantos libros en cada rincón del castillo? – indujo el rubio mostrando una leve sonrisa.

Bueno, es lo único que te mantiene distraído cuando no estás haciendo nada más dice para luego caminar hacia el estante.

Buen punto, ¿Alguno que me recomiendes? – preguntó curioso.

Jeon se acercó hasta que su hombro se encontrara con el de Jimin, emergiendo nuevamente esa extraña sensación por todo su pecho, después alzó su brazo y con sigilo tomó uno de los libros para entregarlo al más bajo, este lo miró con una ceja levantada tras ver el título.

¿Los cisnes salvajes? preguntó ensimismado.

¿Qué?, es muy bueno, la trama es grandiosa – mencionó tocando con dos de sus dedos la pasta dura.

Jimin río bajito mientras tomaba el libro, analizó la muy llamativa portada mientras sonreía con calidez, a pesar de ser un cuento para niños estaba dispuesto a leerlo si Jungkook se lo recomendaba.

Bueno, entonces lo leeré y te diré qué tal, espero que sea tan entretenido como parece expresó.

Le puedo asegurar eso – vacila Jeon mostrando una sonrisa que dejaba ver sus dientes de conejo.

Simultáneamente escucharon el llamado de sus padres por el pasillo haciendo que abandonaran el lugar y, una vez que dieron la orden, salieran finalmente del edificio. Frente a ellos los esperaba esta vez un hermoso carruaje que era movilizado por dos corceles, la familia real utilizaba ese protocolo cuando asistían a algún evento juntos y en ocasiones especiales como ese día precisamente. Una vez dentro el chófer dió inicio al viaje tirando de las riendas que estaban amarradas a los caballos y estos comenzaran a moverse hasta lograr salir de las grandes rejas del terreno.

Jungkook habla Dong Wook a medida que recorrían el bosque.

El pelinegro giró la cabeza al asiento donde se encontraba su padre, siendo acaparado por un gran ramo de flores en dirección a su cara.

Young Royalty (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora