XIII

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Los minutos parecían ser eternos dentro de aquella casa y Jimin sólo podía concentrarse en el TicTac del reloj pegado a la pared, considerando que no era para nada cómodo tener que entablar una conversación con el hombre frente a él que solo parecía juzgarlo con la mirada.

–Y dime sobrino, ¿Aún sigues tocando el violín?.

Jimin se percata de su pregunta gracias a que su padre le toma del hombro y llama su atención.

–¿Eh? – sube la cabeza y mira al rubio –Ah... suelo practicar en mi habitación y, algunas veces en la sala de música de la escuela – responde al mismo tiempo que estira la tela de su camisa con ansiedad.

–Ya veo, recuerdo cuando mi hernana acostumbraba a tocar contigo en el salón, eras solo un niño – cuenta Dohyun con dos de sus dedos sobre la barbilla.

Jimin sólo asiente con la cabeza baja y el hombre finge toser para volver a hablar.

–¿Cómo les pareció Seúl?, espero que se hayan acoplado bien a la ciudad – dijo él.

–Por supuesto, no es muy diferente de Busan pero es un viaje muy agradable – responde esta vez Juwon.

–Ya veo, supongo que les dará tiempo de recorrer varios lugares antes de regresar.

Park emite un sonido mudo de afirmación con la boca –Tal vez.

Es entonces cuando Dohyun vuelve a dirigirse a Jimin, que aún permanecía con la cabeza baja y un notorio movimiento de pierna.

–Sabes Jimin, hay un auditorio en el que enseñan danza contemporánea no muy lejos de tu escuela, quizá puedas echar un vistazo y te guste – menciona buscando su mirada.

–¿Ahora te preocupas por mí? – suelta Jimin bruscamente.

–¿Qué quieres decir?.

El menor le mira a los ojos con repudio y envuelve sus manos en forma de puños.

–¿Ya se olvidó de las veces que menospreció y criticó esa actividad solo porque era para chicas? – dice con los latidos del corazón casi retumbando por su cabeza –Y no mencionemos la vez que llamó estúpido el hecho de que a un niño le gustara bailar.

Dohyun se miró estupefacto y con los ojos bien abiertos debido a la inesperada acusación de su sobrino. Jimin al igual que él se sobresaltó en cuanto analizó lo que había salido de su boca, nunca antes se dirigió así a una persona y aunque el sentimiento de rencor por cosas del pasado era más fuerte no pudo evitar sentirse avergonzado por la forma en la que lo tuvo que recordar.

–Jimin – le regañó su padre viéndolo con el ceño fruncido.

–No, está bien Juwon, acepto las tonterías que hize en el pasado – expone Lee –Jimin, eso pasó hace mucho y lo sabes, si me dieras una oportunidad te prometo que yo-

–No hace falta, yo sé perfectamente el tipo de persona que es usted – le interrumpe el rubio levantándose del sofá y camina decidido a la puerta.

–¡Jimin, regresa aquí muchacho! – ordenó Park imitando su acción –Lamento mucho esta situación Lee, gracias por invitarnos a tu casa.

–No hay problema Juwon, y disculpa a Jimin de mi parte.

El peligris se inclina en compasión y sale tras su hijo, dejando a Dohyun con mal sabor de boca a causa de lo anterior, él sólo quería acercarse nuevamente a su sobrino pero parecía que éste cada vez lo odiaba aún más, y no lo culpaba, cuando vivía con su hermana nunca hizo el intento por ser un buen tío o siquiera un buen hermano, a pesar de no querer aceptarlo se sentía muy celoso de Minji, ella sí pudo ser alguien en la vida y tenía mucho más poder del que le hubiera gustado, en cambio, Dohyun siempre fue un don nadie para su familia, ellos le dieron la espalda justo cuando más los necesitaba y su hermana se convirtió en la única esperanza para él, ella y Juwon le dieron un hogar en donde vivir y Dohyun en cambio nunca lo supo valorar.

Young Royalty (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora