cap 13

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Apagué la alarma de mi teléfono, agradecido por haberme despertado de aquella pesadilla. Alex se removió a mi lado, y aprovechando que todos dormían, intenté deshacer el nudo en mi garganta.

Se sintió tan real... pude abrazar a mi padre, pude oler ese café entre sus manos, sentí la felicidad real en mi cuerpo por tener a mi padre cerca de nuevo.
Pero todo había sido un sueño, nada más.

Mientras lloraba en silencio sentado en aquel colchón, sentí unos brazos rodear mi cintura desde atrás y una mejilla apoyarse en mi espalda. Era Alex.

No me dijo nada, dejó que llorara y descargara toda la tristeza que sentía. Llevé mis manos hacia las suyas, exactamente igual que anoche pero con los papeles intercambiados.

-Un sueño, ¿verdad? -susurró detrás de mi.

Asentí y dejé sus manos para limpiar mis lágrimas.

-¿Puedo saber qué has soñado? -preguntó.

Se separó de mi y me estiré en la cama, mirando al techo. Alex permaneció sentado a mi lado mirándome desde arriba.

-Con mi padre. -dije y mi labio inferior comenzó a temblar.- El día que murió él fué a por un café para mi, porque él sabia que me quedaría despierto toda la noche estudiando para aquel examen y en casa no quedaba café. No volvió jamás, y he... he soñado que... que me traía ese café. Ha sido horrible. -me tapé la cara con las manos y lloré de nuevo.

Alex se estiró a mi lado y pasó uno de sus brazos por mi cintura, abrazándome. Aquel gesto me reconfortó, me dió las fuerzas suficientes para dejar de llorar mientras mis manos acariciaban su brazo y el me abrazaba fuerte.

-Debo irme, quiero ver a mi madre antes de que se vaya. - dije a los pocos minutos.

Dejó de abrazarme y se sentó en la cama.

-¿Estarás bien? -le pregunté mientras me levantaba y sacaba la ropa de mi mochila.

Asintió mientras jugaba con sus manos y me miraba desde abajo. Parecía un niño indefenso que solo necesita un poco de amor para ser feliz.

-Si pasara algo... -rasqué mi nuca. -Sólo tienes que llamarme.

-No tengo tu número.

-Cierto. -contesté.

Me quité la camiseta del pijama y me coloqué una sudadera gris, Cambié esos pantalones cortos por un cargo negros y me coloqué las zapatillas.
Peiné un poco mi pelo y le tendí la mano a Alex.

El me miraba con los ojos bien abiertos, como si estuviera asimilando algo, y cuando carraspeé comenzó a buscar su teléfono con nerviosismo.

-A-aquí está. -dijo tendiéndomelo.

Anoté  mi número y guardé el contacto.

- Bueno, ahora sí lo tenes.-le devolví el teléfono.- Cualquier cosa me llamas, ¿Si ? -dije y asintió. -Bien, nos vemos.

Me agaché hacia el y besé su mejilla, el seguía mirándome con sorpresa, quieto en el sitio como si estuviera congelado. Le sonreí y antes de salir de la habitación, vi a Tony y a Allisson durmiendo como si durmieran con un peluche, bien abrazados entre ellos. Me quedaba bastante tranquilo, ellos cuidarían de Alex.

-¿Ya te vas?-dijo una voz femenina detrás de mi antes de que abriera la puerta.

Me giré, era Sandra en la puerta de la cocina. Me miraba con una sonrisa mientras secaba sus manos con un trapo

-Perdón, no sabía que estabas ahí. -dije. -Sí... debo irme, mi madre pronto se irá al trabajo y quisiera verla antes.

-¿No quieres un café antes de irte? preguntó.

You saved me (Carlukas) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora