cap 14

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Al salir del restaurante, el chico le pidió el número a Alan. Mi amigo, todo tímido, se lo dió encantado y cuando subimos al coche comenzamos a gritar como dos adolescentes de quince años.

Su nombre era Máximo, se me hizo curioso que se llamaba justo como el hermano de Alex, pero no le di importancia. Lo que más lo caracterizaba era su impecable sonrisa y la cicatriz en su ceja. Me gustó para yankee.

Cuando me dejó en casa y me pasé horas tirado en el sofá, hasta que me llegó un mensaje.

Número desconocido:

-Hola lukitas, soy Carlitos

Inmediatamente me senté en el sofá y respondí.

Holaa! ¿Está todo bien?

- Si,si. Solo te hablé para que vos también tuvieras mi número

-Bien, ya estás agendado


-¿ Tú estás bien ? ¿ Cómo estaba tu madre ?

Sonreí mientras miraba la pantalla. El también se preocupaba por mi y por alguna razón, eso me gustaba.

-Estoy bien, y si. Cuando llegue a casa todo estaba en orden

Esperé una respuesta, pues se quedó en línea mucho rato. Pero luego se desconectó y no contestó ese mensaje.
Por alguna razón, esa noche me fuí a dormir demasiado preocupado.

Pero si alex hubiera tenido algún problema, me hubiera llamado, ¿no?

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-¡Alex! ¡Alex por favor di algo! -grité mientras sujetaba su cara con mis manos. ¡Ayuda! ¡Por favor ayuda! -grité mirando hacia el exterior. Pero todo estaba vacío.

El pequeño cubículo en el que encontré a Alex estaba repleto de sangre. Mis manos estaban manchadas, mis zapatillas y ropa estaban manchadas, y sus muñecas tenían una cicatriz tan grande que estaba desangrando su cuerpo por completo.

Comencé a llorar y solté su cara para cubrir las heridas en sus muñecas con cada una de mis manos, pero era inservible.

-¡Maldita sea! ¡Por qué lo has hecho! -le gritaba.Pero sus ojos estaban cerrados y sus labios entreabiertos.

Mi pecho subía y bajaba con rapidez, no podía dejar de llorar. Una tristeza que jamás experimenté se estaba apoderando de mi.

-Te... te lo dije...- dijo con la voz apagada. Sus ojos seguían cerrados y cogió aire. -No había nada que... que hacer.

Con una gran bocanada de aire, me senté de un salto en la cama. Mi ropa estaba empapada en sudor, mi corazón latía con fuerza y me faltaba el aire.

Había soñado muchas veces con la escena que encontré ese día en el baño de la universidad, pero cuando llegaba hasta Alex el siempre abría sus ojos justo cuando llegaban los médicos.
Esta vez no llegaron los médicos, ni abrió sus ojos.

"No había nada que hacer."

Ese era mi mayor miedo, que el volviera a hacerlo. Y sabía que por más que me lo negara a mi misma, Alex se había instalado en mi corazón de una manera rápida y especial. Se ganó mi cariño y tenía mucho miedo que el desapareciera de mi vida.

Por eso me preocupaba tanto, por eso debía saber de el cada día, para cerciorarme de que el estaba bien.

Sequé mis lágrimas y me di una ducha. Cuando me vestí y me tomé mi café mañanero, me despedí de mi madre y conduje hasta la universidad.

-Buenos días. -me dijo Alan, quien me esperaba en el estacionamiento. -Uh, ¿mala noche?

-¿Tanto se me nota? -dije sin muchos ánimos y comenzando a caminar hacia la entrada.

-Bueno, tienes ojeras y tu cara está tan seria que da miedo. -me dijo pellizcándome la mejilla.

-Gracias, tú también estás muy guapo. -dije y rodé mis ojos cuando me guiñó un ojo.

Cuando entramos al pasillo, comenzamos a caminar entre la multitud de gente que se juntaba en las taquillas o en las puertas de las aulas para cotillear sobre cualquier cosa.

En un tramo del pasillo, la multitud de gente pareció desaparecer para mi y las voces mezcladas se colocaron en un segundo plano cuando al final del pasillo, divisé una figura conocida.
La ropa grande y oscura, estatura mediana y sus brillantes cadenas. Sus ojos me encontraron y en sus labios se formó una sonrisa que me contagió de inmediato.

-¿Ese no es...

-Alex. -acabé la frase de yankee y comencé a correr hacia el.

El se quedó quieto, mirándome con esa sonrisa que alegró mi día y cuando la abracé fuerte, fuí correspondido al instante.
Nos abrazamos durante unos eternos segundos, y cuando nos separamos nos quedamos mirando a los ojos.

-Qué bien verte por aquí.- le dije cogiendo sus dos manos.

-No me hace mucha gracia volver, pero también me alegra verte. -contestó aún sonriendo. Sus pulgares acariciaban mis nudillos.

Verlo con una sonrisa adornando su rostro, alegró esa horrible mañana y dejó todos mis miedos atrás.
Después de ese horrible sueño, necesitaba verlo urgentemente y cerciorarme de que el estaba bien.

Alguien carraspeó a nuestro lado y nos separamos al instante. Tony, Luigi, Ali y alan, nos miraban con una sonrisa. Tanto Alex como yo, nos sonrojamos y agachamos la cabeza con timidez.

-Bueno, ¿y a nosotros no te alegras de vernos? - dijo Tony alzando una de sus cejas.

-Claro que sí. -dije y los abracé a cada uno.

-Hola Alex -le dijo Alan . -Me gusta volver a verte por aquí.

Alex rascó su nuca y le sonrió.

- Gracias, a mí también - dijo.

Los ojos de mi amigo lo miraban con cariño, y sabía que a pesar de que ellos dos se evitaran para olvidar la mierda que viven dentro de sus casas, se querían. Y mucho.
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Continuara.....


















Gracias por leer ✨💗








Perdón si es cortoo, juro que lo voy a recompensar

You saved me (Carlukas) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora