Capítulo 3: No me obligues a hacerte daño

2K 270 133
                                    

—Al día siguiente —

Kara abre los ojos aun somnolienta estirándose en la cama hasta que su cuerpo se tensa y recuerda que no se encuentra, el aroma en el aire termina de corroborarlo.

Con pesar y sabiendo lo que le espera se levanta de cama yendo hacia la cocina. Y ahí está ella. Lena se encuentra sentada en el sofá de brazos cruzados y con los ojos cerrados, aparentemente está durmiendo, pero el movimiento de sus orejas le indica a Kara que está alerta.

- ¿El vivir entre los humanos te hizo olvidar nuestras capacidades de alerta? — Abre los ojos para mirarla fijamente.

-No, sólo estaba observando tu postura — Kara responde siguiendo su camino a la cocina — Me sorprende que hayas dormido de esa manera, pero eres obstinada-

-Pensé en dormir contigo — Se coloca detrás de Kara ladeando un poco la cabeza para sonreír con malicia — Pero era demasiada tentación-

-Me sorprende que seas educada — Kara vira los ojos encendiendo la cafetera.

-Ya que sigues renuente a volver conmigo, intento ser educada, pero no será por mucho tiempo si me sacas de quicio-

- ¿Y qué harás? — Camina hacia una puerta blanca — ¿Atarme como a un ciervo? –

-No es mala idea — Lena mira a Kara abrir la regadera — Aunque espero no llegar eso, todo dependerá de ti-

-La decisión está tomada, no sé por qué insistes en ir contra las leyes de tu manada — Exhala comenzando a quitarse la ropa y nota la mirada lujuriosa de Lena — ¿Te vas a quedar ahí? –

-Sí quieres puedo entrar contigo a la ducha y hacerte feliz — Sonríe ampliamente con maldad.

- ¿Por qué no vigilas la cafetera? Así no estorbarás en mi mañana para ir al trabajo-

-Bien — Lena resopla regresando a la cocina — Aunque no esperaba que un guardabosque trabajara por la mañana-

-Ese no es mi único empleo — Kara habla en voz alta en el baño.

- ¿Tienes otro? — Lena frunce el ceño buscando las tazas.

-Sí, no puedo sobrevivir con un solo trabajo, recuerda que ingerimos mayor cantidad de alimentos que los humanos-

-Cierto — Asiente en acuerdo — ¿Y cuál es el otro empleo? –

El agua sigue cayendo y Lena mira fijamente la puerta del baño ante el silencio. Esa no es una buena señal, así que apaga la cafetera y se acerca a la puerta blanca.

-Kara, no me hagas repetir la pregunta-

- ¿Puedes esperar a que termine de bañarme? –

-Eso no ayuda al autocontrol que me he impuesto-

-Cinco minutos, por favor-

-Bien-

Lena dice entra dientes y se queda frente a la puerta de brazos cruzados esperando. Después de cinco minutos, Kara sale encontrándose con la expresión sombría de su ex pareja, admira el autocontrol impuesto, pero sabe que está a punto de romperlo.

-Será mejor que no pongas más excusas-

-Trabajo para Imra-

El escuchar ese nombre rompe el autocontrol de Lena y furiosa toma con fuerza el cuello de la camisa de Kara para azotarla en la pared. La rubia cierra un ojo ante el dolor, pero no trata de defenderse, después de todo no tiene oportunidad.

- ¿Acaso te paga con su cuerpo? –

-No — Kara emite una leve risa que la enfurece más — Mi encuentro sexual con Imra es reciente, y me paga con dinero, le ayudó a cocinar en lo que soy muy buena y lo sabes, además de cargar sacos y cajas de alimentos-

EL LAGO DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora