Capítulo 5: Culpa

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—Horas más tarde —

Kara despierta por la noche a causa de su hambre, su estómago parece gruñir como su lobo y escucha una leve risa, entonces recuerda que no está sola y al abrir los ojos se encuentra con el gesto divertido y malicioso de Lena.

-Sigues aquí — Kara habla con voz ronca.

-Sí, y traje comida — Muestra el plato — Supuse que tendrías hambre y no me equivoqué — Se acomoda mejor con el plato y una cuchara en las manos — ¿Puedes sentarte? –

Kara asiente y lentamente se acomoda en la cama hasta que está sentada recargada en la cabecera. Lena sonríe levemente al mostrarle la cuchara con comida y Kara suspira virando los ojos, pero acepta ser alimentada, aún se siente adolorida.

Lena está feliz por atenderla de esta manera, sabe que Kara lo acepta ya que se encuentra delicada todavía, pero agradece que pueda hacerlo. Cuando termina de comer le da beber un poco de agua y puede ver como parece recuperarse ligeramente.

-Vaya que necesitabas comer, ya puede verse el color en tus mejillas — Intenta tocarla, pero Kara se aparta — ¿Esa es tu manera de agradecerme? — Baja la mano con molestia.

-Gracias — Menciona con seriedad.

-Apuesto a que me dirás que regrese a la manada, ¿Cierto? — Kara la mira, dándole la razón — Lástima, tú deseo no se hará realidad-

- ¿Qué esperas de mí? — Kara pregunta aun con ese gesto frío — ¿Qué sonría ampliamente? — Puede ver a Lena enfurecer nuevamente — Yo no soy una omega, acéptalo ya-

-No, no lo eres — Lena se inclina hacia ella, mirándola a escasos centímetros de su rostro — Eres una beta, ¿Cierto? — Kara frunce el ceño al ver su sonrisa irónica — Entonces actúa como tal-

La rubia pestañea aún con el ceño fruncido y después de unos segundos comprende lo que trata de decir. Los Betas en su manada se encargan de procrear con los Alfas que les asignan. Kara aprieta fuertemente los puños, sabía que ella siendo servicial era una mentira, así que sonríe sin gracia confundiendo a Lena.

-Bien, si eso quieres para dejarme en paz-

Lena abre los ojos sorprendida en el instante que Kara la atrae de la nuca para besarla con brusquedad, y cuando puede reaccionar ya se encuentra debajo de la rubia quien sigue besándola mientras se coloca entre sus piernas.

Intenta apartarse para poder hablar, pero Kara no se lo permite. La rubia comienza a abrirle la camisa y le rompe las vendas que cubren sus senos para apretarlos con fuerza. Lena gime por placer y asombro, pero sabe que esto lo está haciendo por rabia al haberle herido su orgullo, y ciertamente podría aprovecharse, aunque la lucha interna de aceptarlo o no es intensa.

Kara deja de besarla y Lena casi grita de sorpresa cuando le da la vuelta con brusquedad levantándole las caderas bajándole el pantalón junto a su ropa interior para comenzar a estimularla con la punta de su miembro en su vagina. Lena quiere hablar, pero Kara le tapa la boca y la penetra haciéndola temblar y sentir un poco de dolor.

Es su primera vez después de todo, esperaba que fuera en mejores circunstancias, pero lo acepta sí sólo así puede tener sexo con ella. Se lamenta al no estar en su temporada de calor pues no puede anudarla, de ser así ya no tendría escapatoria ya que el cachorro la llamaría.

Kara enreda los cabellos de Lena en su mano y la jala para penetrarla con más intensidad, dejándose llevar por el lado más primitivo de su naturaleza salvaje, tal vez los lobos sólo tengan pareja una vez en la vida, pero ella siendo beta es la excepción a esa regla.

Sabe que Lena está permitiendo esto porque sólo así la tendrá, y la hace sentir un poco culpable, pero ya es tarde para arrepentirse. Puede sentir como le aprieta su miembro buscando anudarla, y agradece que no esté en su temporada de calor o estaría arruinándose. Así que sigue penetrándola hasta que Lena gime por lo alto obteniendo su orgasmo. Kara sigue en su interior y Lena frunce el ceño notando que no hace lo mismo y siente la respiración de esta en su oído para escucharla decir:

EL LAGO DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora