Capítulo 8: Beso de sangre.

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Despierta...

Lena abre los ojos y siente una calidez en su mano derecha y al mirar hacia abajo se encuentra con alguien que no esperaba estuviera sujetándola así. Kara está dormida sentada junto a la cama tomando su mano. Esto la hace sonreír, pero rápidamente recuerda todo. Intenta mover su mano lentamente para no despertarla, pero es lo que hace.

-Lena — Kara se acerca un poco más a ella — ¿Cómo te sientes? –

-Confundida — Responde sentándose en la cama y Kara libera su mano — ¿Dónde estamos? –

-En el hotel del pueblo, aquí no podrán atraparte-

- ¿Por qué haces esto? Te meterás en problemas por mí culpa — Exhala tocando su frente.

-Ya estoy exiliada, no importa — Se encoge de hombros.

-Lamento traer el caos a tu vida pacifica — Lena dice mirando hacia al frente — Aunque también lamento haberte exiliado en un acto infantil-

-Es extraño escucharte pedir disculpas — Kara sonríe levemente.

-Estoy hablando en serio, Kara-

-Lo sé, sólo que es extraño que hasta me hace sonreír-

-Cierto, tú no sueles sonreír-

-Creo que ambas estamos reaccionando diferente ahora-

-Yo desde que me di cuenta sobre mi comportamiento contigo, pero tú lo haces por lastima-

- ¿Qué? — Kara la mira con su característico gesto serio — ¿De qué hablas? –

-De no ser porque casi muero ahogada no estarías aquí ayudándome y sonriéndome de esa manera — Lena dice con seriedad — ¿O me equivoco? –

-Sí, te equivocas — Kara se pone de pie, molesta — Te estoy ayudando porque como dije antes, todavía te quiero y no permitiré que te lleven a la manada para castigarte como probablemente pretenden los Rojas y el que te sonría así es porque...-

-Porque sientes lastima-

- ¡Que no! — Exclama y Lena ríe sin gracia.

-Es entretenido verte mostrar emociones, siempre creí que eras un tempano de hielo, pero ahora veo que una vez más estaba equivocada-

-Sí, lo estás al decirme que estoy haciendo esto contigo por lastima, aunque no estuvieras a punto de ahogarte yo te habría ayudado-

-Como digas — Cierra los ojos suspirando.

-No te duermas, necesitas comer — Kara le dice a pesar de su enojo — Sólo debo calentar tu comida-

-No tengo hambre — Se queja sin abrir los ojos, frunciendo el ceño.

-Lena — Kara le abre los ojos por la fuerza haciéndola reír — Siéntate y espera a que venga por la comida o te la daré por la fuerza como a los cachorros cuando no querían comer-

-Bien-

Mira a Kara salir con una bolsa de comida y se desliza hacia atrás para sentarse en la cama. Mientras la espera, mira atentamente cada parte de esta habitación de hotel, es la primera vez que se hospeda en uno y se pregunta sí Kara ya lo hizo antes y la respuesta viene rápidamente a su mente.

Debió venir aquí con Imra.

Es verdad que no hubo sexo común, pero sabe que debió usar otros métodos con ella, así que esto le da un sabor amargo, pero debe contenerse porque se propuso no volver a actuar de manera infantil, y ya que casi muere ahogada por esa alucinación, es mejor seguir así.

EL LAGO DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora