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𝐿 | 𝒪𝒿𝑜𝓈 𝒶𝓏𝓊𝑒𝓁𝑒𝓈| 𝒮


Un día tranquilo,  abrumador, miércoles a media semana, un pequeño chico de pelo azul, estaba recargado en su pupitre, esperando a que esa clase de historia llegue a su fin. El hablar de aquella maestra le causaba sueño, lo relajaba, querida dormir  y tampoco quería culpar a aquella profesora, no durmió bien esta noche, le costó dormir, aquellas pesadillas tan realistas. Un suspiro paso por sus labios, sin salir de aquella prótesis en su cara, sus ojos azules observando el aula, algunos atentos, otros distraídos, algunos dormidos. Miraba aquel reloj sobre la pizarra, esperando que finalizarán el horarios de clases, sonrió al ver que la clase finalizó y como si de Flash se tratase salió de ahí de inmediato.

Camino con cansancio después de levantarse tan rápido el azúcar se bajo, pero tenía que ir a dejar sus libros a aquellos casilleros, donde se encontraba su mejor amiga Ash.

-Ey Sally, que paso luces con sueño, ¿dormiste bien anoche?- aquella chica de cabello castaño sonrió y revoloteo el cabello azul de su amigo.

-Si, no te preocupes, es la clase de historia me causa sueño.- Sally guardo sus pertenencias sonriendo bajo aquella prótesis.

-Si, esa señora causa bastante sueño, pero ya es hora de ir a casa, te quedas a esperar a Larry me imagino.-Sally miro a su amiga quien estaba cerrando su locker, este solo asintió.

-Bien nos vemos mañana, cuídate.-Ash comenzó su camino sola.

Sally solo se recargo en aquellos lockers azulados, esperando a su querido amigo, que realmente no sabia donde se encontraba, suele meterse en muchos problemas, podría estar en detención, fumando en alguna parte o quizás dormido, es alguien muy impredecible, pero realmente sally quería llegar a descansar, quizás debería de hacer tareas pero no estaba de humor para hacerlas. Un chico de cabellera larga de color castaño se acerco a el con una sonrisa, sally solo lo miro con en seño fruncido, que no era notorio por aquella prótesis.

-Perdón la demora, estaba algo ocupado en detención.-Larry se acerco para después alborotar el cabello azul del menor.

-Que hiciste ahora.- Sally miro a su amigo, quien estaba cerrando  su locker.

-Dormir, vamos a casa estoy agotado sal.- Larry se adelanto dejando algunos pasos atrás, sally solo miraba la silueta de su amigo.

Tan alto, algo musculoso, aquel cabello largo y castaño. esa piel, con leves pecas, Sally sonrio una sonrisa sincera alegre, aunque aquella prótesis la tape, cosa que el agrada, mirando a su amigo fijamente, el caminar del mas alto, lento pero seguro, Sally solo estaba atento a su amigo, mirándolo desde atrás, sus mejillas empezaron a arder, y su corazón se acelero, realmente le gustaba Larry.


𝐿 | 𝒪𝒿𝑜𝓈 𝒶𝓏𝓊𝑒𝓁𝑒𝓈| 𝒮


Después de unos minutos llegaron a aquellos departamentos, el camino a sus casas fue silencioso, no fue incomodo, solo algo tranquilo. Sal subió a su piso indicado, mientras Larry lo acompañaba, un silencio en aquel elevador, solo ambos callados ambos juntos. Larry miro a su amigo quien tenia la mirada en el suelo, aquella mirada perdida o quizás estaba pensando en algo, pero de un momento a otro sally miro al mas alto, aquellos ojos azules estaban viéndolo fijamente, Larry juro que un escalofrió lo invadió, esos ojos azules un azul tan brillante, podía jurar verlos brillar, sus ojos tan concentrados en los ajéennos, concentrados en las reacciones de sus orbes, sal aparto la mirada rápidamente, pero podían jugar que aquella mirada duro bastante tiempo.

 El elevador indico que estaban en el piso indicado, sal solo se apresuro a llegar a su apartamento, larry lo miro confundido pero lo siguió. Sal intento abrir aquella puerta pero sus manos temblaban, estaba nervioso, solo le daba gracias a dios por tener aquella prótesis que no deja ver su rostro rojo por completo. La puerta se abrió, viendo al padre de sally ahí parado.

-Ey! larry hola, pasen, justo iba a irme al trabajo.-Sal quería morir, quería estar solo y calmarse.

-Hola, hemos estado algo ocupados con la escuela, no eh tenido tiempo de venirlo a ver.-Larry estrecho su mano con aquel adulto, quien sonreía, sal solo se agarraba la prótesis de los nervios.

-Gustas quedarte, así sal no se queda solo, pasan un rato juntos, claro si no tienen otras cosas que hacer.-Larry sonrío y acepto sin pensar, pasar tiempo con su mejor amigo era increíble.

-Bien los dejo.-Aquel hombre salió del apartamento, Larry cerro la puerta.

Aquel castaño busco a su amigo quien se fue al baño rápidamente, Larry aun mas confundido, no sabia que le pasaba a sal, desde aquel momento en el elevador, jura que su amigo esta como un manojo de nervios.

Sal en aquel baño se encerró, mirándose al espejo, con delicadeza quito aquella prótesis, dejando ver un rostro bastante desfigurado, aquellas cicatrices, con una de sus manos empezó a tocar aquellas marcas, siguiendo sus formas.

-Quisiera poder tener una buena cara, para poder mirarte sin miedo.-Sal susurro, su voz quebrada, y sus ojos llorosos.

Odiaba verse en el espejo, odiaba que la gente lo viera sin la mascara, odiaba verse asi, odiaba su rostro, se odiaba, sabe que no es lindo, sabe que es desagradable, sabe que jamás le gustaría a nadie, mucho menos a Larry, el es tan lindo y con un buen rostro, el solo es esto.

-Una cara arruinada.-Sal mordió su labio, se mojo la cara, en un intento de calmarse.

Nuevamente se coloco la prótesis, dispuesto a salir de aquel baño, soltó un suspiro y abrió la puerta, miro a sus alrededores y Larry no estaba ¿Se fue? sal solo fue a su habitación mirando al suelo, estaba cansado realmente, abrió aquella puerta viendo a su amigo en su cama, mirando sus pastillas, sus nervios volvieron.

-¿Tus pesadillas regresaron?¿Desde cuando?¿Por que no dijiste nada?-Pregunta tas pregunta, sal solo se acerco y le quito las pastillas, guardando el frasco en aquel cajón de su mesita de noche.

-Solo me cuesta dormir, eso es todo, después de todo mi cuerpo se acostumbro a no dormir.-Sal miro a Larry quien solo se sentó en la orilla de la cama.

-No me estas mintiendo ¿verdad?-Sal sintió un escalofrió, la mirada de Larry fría y enojada.

-No.-Mentira, tras mentira.

-Sal, sabes que puedes confiar en mi para lo que sea, si tus pesadillas regresaron no tengo problema en ayudarte o quedarme aquí y dormir contigo, eres como mi hermano sal.-Sally aparto la mirada no quería verlo.

Sal se quedo callado, si bien la compañía de Larry en aquellas noches, dormir con el lo relajaba, lo ayudaba a poder dormir aunque sea poco, pero se sentía incomodo, saber que sientes algo por tu mejor amigo y dormir con el así, hacia que sal solo se ilusionara mas, se sentía querido, se sentía amado, pero no quería sentirse así, sabe que Larry no es gay, mucho menos que lo ve de otra forma que no sea como su amigo, su hermano. Se sentía mal sentía que estaba traicionando su amistad por esos estúpidos sentimientos.

-Lo se, gracias pero no estoy con las pesadillas, ¿puedes confiar en mi?-Sal seguía sin mirarlo, Larry soltó un suspiro.

-Bien hermano.-Larry sonrió y se levanto.-Jugamos algo te parece, no quiero estar asi de tenso, quieres bajar o jugar acá.- Larry se recargo en aquel marco de la puerta.

Sal lo miro, solo quería llorar, pero aquellas ganas eran tragadas por miedo, tan solo quería ser feliz.

-Mejor aquí, me da pereza bajar.- solo sonrió, una sonrisa falsa, oculta por aquella prótesis. 


Perdóname ¿si?

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Ojos Azules | Larry x SallyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora