XVI. Comisión extranjera

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Es medio día y Cale seguía inconsciente.

Los niños estaban muy preocupados, se cuestionaban si deberían despertar a Cale o dejarlo dormir hasta que quiera levantarse, sin embargo sus pensamientos fueron inútiles cuando vieron al pelirrojo moviéndose aparentemente con signos de despertar.

La persona en las sábanas se movió incómoda hasta que despertó por completo y se sentó deslizándose por las sabanas.

Cale estaba mareado y aturdido, le dolía todo el cuerpo en especial sentía que la cabeza se le partió en dos. Cuando intentó abrir los ojos los volvió a cerrar de inmediato pues la luz del mediodía hacía que el dolor fuera aún más insoportable causando  que el malestar viajará a su estómago provocando un fuerte malestar de asco mareo y casi vomito.

Lentamente se volvió a recostar con los ojos cerrados, colocó su fría mano en su frente esperando calmar un poco su malestar.

Los niños saltaron de emoción cuando Cale se despertó pero en el momento en el que iban a saltar y gritar de alegría notaron que su tutor era  raro, con temor de molestar a su tutor, inteligentemente decidieron ser cautelosos y no decir nada más que observar al pelirrojo en silencio.

A pesar de que el tiempo pasaba Cale no se sentía mejor, hace unos momentos intentó entrecerrar los ojos y la luz le provocó más dolor

Sin soportar más el dolor Cale empezó a jurar.

“Puaj… maldita sea”

De alguna manera jalo la sabana que anteriormente se había deslizado de su cuerpo y se tapo con ella hasta la cabeza

On se dio cuenta del problema y le pidió silenciosamente con la mirada a Hong que Cerrará una de las cortinas, Raon le siguió y con un movimiento de su pata las cortinas  se cerraron y la habitación quedó en completa oscuridad.

El tiempo pasó de nuevo y sin notarlo se hizo media hora más, los niños empezaron a creer que Cale había vuelto a dormir, sin embargo se equivocaron.

Poco después Cale se volvió a mover y salió de la cama tambaleándose camino hasta el centro completamente desorientado, sus piernas perdieron fuerza y casi cae al suelo si no fuera por la magia de Raon que lo hizo flotar.

Cale terminó por levantar la mirada y escaneó la habitación con dolor, su mirada se detuvo en el sillón donde se hallaban sentados los niños. Soltó un gemidos de dolor y después su mirada se aclaró, parpadeo e inconscientemente dijo los nombres de los niños que están frente a él en voz alta.

Su vista viajo en los niños conforme los nombraba.

“On… Hong… Raon…”

Los niños se sorprendieron pero aún así fueron cuidadosos. Raon Tartamudeo.

“Hu- humano, estás bien? Tu recuerdas?”

Cale frunció el ceño soportando el dolor, siguió viendo a su alrededor en busca de alguien, parecía deprimido al no encontrar a esa persona.

“¿Estás buscando al príncipe galleta?” Hong preguntó.

A pesar de que se oscureció cuando cerraron las cortinas los niños podían ver cómo los ojos de Cale brillaban ante la mención de Alberu.

Cale frunció el ceño pensativo y después de un momento asintió preguntando con una suave y ronca voz.

“Dónde… está él?”.

EL DIOS DE LA MUERTE ESTA ABURRIDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora