"Cuando seamos grandes, casémonos..."
16 de Mayo del año 827, hoy era el día que el rey y la reina de Veridian habían estado esperando... o más bien dicho, hoy era el día que la princesita Hester había estado esperando. El día de hoy era un día sobresaliente, ya que hoy era el evento más importante de todos, un evento que ocurría cada 3 años, donde se reunían los líderes de todos los reinos para discutir cuestiones políticas como acuerdos, negociaciones, alianzas entre otras cosas, el llamado "Congreso de los 12 reinos".
La princesa Hester, de entonces solo 6 años, estaba emocionada por conocer a gente de tantos lugares, iba a ser la primera vez que asistía a un congreso, ya que antes era muy pequeña y sus padres consideraron que sería mejor dejarla en casa, por lo que no sabía que esperar de esto. Finalmente llegó la hora esperada por ella, ya todas las preparaciones para el viaje estaban hechas desde el día anterior, el evento se organizaría en el reino de Aurelia este año, por lo que el viaje no sería demasiado largo, ya que era el reino vecino.
Hester subió al carruaje seguida por sus padres y emprendieron el viaje, la princesita estaba muy emocionada y no pudo contener esa emoción durante todo el camino, finalmente llegaron a su destino, eran las 3 en punto y las campanas empezaron a sonar, anunciando la llegada de los reyes y reinas de cada uno de los 12 reinos.
Cuando llegaron, Hester no pudo evitar sorprenderse, las personas que venían de otros reinos se veían muy imponentes, venían de todos los rincones del mundo y todos eran muy diferentes entre si, pero compartían algo en común, todos eran personas de la realeza y habían viajado mucho solo para reunirse ahí.
La joven princesita, como pudo, se puso de puntillas para ver a todas las personas que llegaban de cada uno de los otros reinos, estaba muy contenta y entusiasmada. Finalmente los reyes de Aurelia salieron y les dieron la bienvenida a todos, en ese momento se asomó también su hijo menor, el príncipe Harold, y entre toda la multitud él llamo la atención de Hester, era un niño no mucho mayor que ella, probablemente de unos 7 años. Al verlo, la princesa, se emocionó sin saber la razón, y unas enormes ganas de poder conocerlo la inundaron.
Entraron entonces todos al castillo, era impresionante, las decoraciones estaban muy bien planeadas, el castillo lucía enorme y muy pulcro, todo estába limpio, no había espacios mal aprovechados, estaba lleno de toques dorados y parecía brillar, todo parecía muy perfecto, tan perfecto que no parecía que fuera real.
El congreso dio inico oficialmente a las 3:30 de la tarde y todos los líderes comenzaron a hablar sobre cosas de política, sin embargo, los más jóvenes en aquel lugar, quienes habían estado esperando ese día con tanta emoción estaban ciertamente aburridos y decepcionados, no pensaron que el congreso se tratara simplemente de adultos hablando de cosas de adultos.
Así que, en total silencio y discreción, el príncipe Harold, se escabulló del lugar y salió sin que nadie lo viera. O al menos eso fue lo que pensó, porque en realidad Hester lo había visto, fue la única que lo notó, y decidió imitarlo, ya que ella también quería salir de ese lugar antes de morir del aburrimiento.
Cuando logró salir del castillo vio al príncipe Harold escabullirse a los jardines del palacio y lo siguió, pero sin quererlo se tropezó con una roca y cayó al suelo, comenzando a llorar, en ese momento el príncipe notó su presencia por primera vez y, al verla llorar, se acercó a ella.
—¿Estás bien?
Dijo, con una sonrisa y extendiendo su mano a la princesita para ayudarla a levantarse. La princesa lo miró y se emocionó un poco de poder hablar con él, tomó su mano y se levantó, olvidando el dolor.
—S-sí, estoy bien, gracias
La princesita no se había lastimado en realidad, simplemente fue un pequeño raspón, así que no le costó mucho recuperarse y ponerse de pie.
—El congreso es muy aburrido, ¿no? Estaba emocionado porque sería el primero en el que me dejarían estar pero la verdad me desepcioné
Concluyó el príncipe Harold, a lo que la princesa solo pudo asentir con la cabeza y responder
—Si, yo también llevaba mucho tiempo esperándolo, pero no pensé que sería tan aburrido
Así los 2 continuaron hablando, hasta que el príncipito pareció tener una idea
—Oye, ¿quieres ver algo?
—¿Que cosa?
—Sigueme
El príncipe la guío por el jardín hasta que llegaron a un lugar un poco oculto y entraron
—Lo descubrí un día mientras jugaba en el jardín, desde entonces vengo aquí de vez en cuando
El lugar era un pequeño jardín secreto, estaba totalmente rodeado por arbustos muy altos que lo mantenían oculto, tenía algunas bancas, un estanque, había muchísimas flores y justo en el centro había un árbol, no muy grande pero bastante frondoso, que extendía sus ramas por todo el pequeño jardín haciendo de cúpula y tenía algo escrito en su tronco.
"I + R"
La pequeña princesita se quedó maravillada viendo el lugar, también había jardines en su propio castillo, en veridian, pero ninguno tan hermoso como el que se encontraba ante sus ojos en ese momento
—Es muy lindo...
Dijo mirando todo a su alrededor, parecía sacado de un sueño.
—Son las iniciales de mis padres, creo que en este jardín se juraron amor eterno
—Wow... Que bonito...
Los 2 pasaron horas y horas jugando en el jardín hasta que el congreso terminó y sus padres comenzaron a buscarlos, así tuvieron que despedirse, pero no sin antes hacer una promesa
—Cuando seamos grandes, casémonos...
Una promesa que podría parecer algo pasajero y sin importancia que con el tiempo sería olvidado, pero que sin embargo, en ese momento y para ellos dos, se sintió muy real.
Hester y Harold nunca olvidaron esa promesa que hicieron cuando niños y cada congreso que pasaba se veían y se conocían más, comenzaron a salir y fueron conociéndose y haciéndose más cercanos a lo largo de los años, compartiendo momentos y recuerdos que siempre permanecerían en su memoria, y a pesar del paso de los años y de los cambios y experiencias que fueron conformando quienes son ahora, ambos se mantuvieron fieles a su promesa, hasta el día en que Harold decidió hacer su compromiso oficial, cuando le pidió matrimonio a Hester en el mismo jardín donde se conocieron ese día hace tantos años, un 16 de Mayo.
Los reyes de ambos reinos estuvieron felices por el compromiso de sus hijos y lo aprobaron de inmediato, estando especialmente agradecidos de ello los reyes de Aurelia, ya que después de tantos compromisos rotos, su hijo por fin había decidido con quién se casaría y viviría el resto de su vida.
Se llegó al acuerdo de que la boda se realizaría cuando ambos cumplieran la mayoría de edad, y así, la promesa que hicieron cuando niños se volvió una realidad para los ellos, a la espera de que el día tan anhelado llegara y que ambos pudieran estar juntos, con la esperanza de un futuro mejor para ambos en su camino hacia la felicidad.
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Mi vida como princesa en un cuento de hadas
FantasíaUna chica común y corriente que se la pasa en las nubes, soñando con sus historias de mundos fantásticos con magia, príncipes y princesas que se enamoran, se casan y viven felices para siempre, un día simplemente... muere. Renace en una princesa en...