Alcohol.
Amargo y corrosivo en tu garganta.
Aunque intentaste suavizarlo con las frutas arriba en tu vaso.
Seguía siendo amargo.
Pero no te importo. La resaca sería un buen recordatorio sobre el por qué no bebes a menudo, a menudo o casi nunca.
Pero la resaca puede esperar, todo mientras ahora estés feliz, estúpidamente feliz.
Riéndote de aquellos chistes crudos y de un alto humor negro que Ghost te contaba.
Chistes tontos, raros, chistes que incluso sorprenderían a los más veteranos, se ocultarian de ustedes y los llamarían blasfemos.
Cotilleos silenciosos, palabras largas y tontas.
Murmuros borrachos.
Cosas que verdaderamente sólo tú y él pueden entender, y que hacen que los demás en la base los miren de reojo, pero estén igualmente ebrios como para ignorarlo.
Porque no es una situación común de ver.
Alcohol.
Bajando tus inhibiciones, las tuyas y las de él.
Quién diría que Ghost sería un borracho tan alegre.
Recuerda a ese tío lejano, gruñón que suele reprender a los sobrinos porque "no entiende a la juventud de ahora" y se encierra en su propia amargura antigua ,pero que después de un par de latas empieza a chillar, a reír, a llorar. A pedir perdón por pecados ajenos y abrazar a los más jóvenes con simpatía y aprecio.
Ghost era algo así.
No con todos, aún ebrio sabía que habían ciertos límites en ello.
Pero si contigo.
Talvez fue suerte pero te había escogido a ti para ser su receptor de chistes y bromas borrachas.
Te cruzaste con él después de que la fiesta inicio.
La fiesta, era una pequeña celebración por una misión importante que había salido bien.
Bien gracias a Ghost.
Eso no hubiera significado mucho, pero entonces Soap le ofreció una bebida, y luego otra, y luego otra, y luego...
-¿De donde carajos sacaron lo de: la gallina y el camino?
Este te costó tiempo entenderlo, cuando él vio tu ligero seño, bebió un poco más de su cerveza, su pasamontañas por encima de su nariz, viste como hizo una leve mueca ante tu expresión confusa.
-Me refiero.. a este estúpido chiste de por qué la gallina cruzó el camino.
-Oh.. lo conozco.
-¿Alguna vez escuchaste un buen chiste sobre esa maldita gallina?
-No realmente.
Soltó un leve eructo,y se limpio el residuo de cerveza con la palma de su mano.
La comparación de ese tío borracho de buen humor se hacía más presente. El buen humor se quedaba bien, para variar, aunque sin duda se volvía desprolijo.
