Había algo en el que últimamente te hacía dudar sobre lo que sentía
"Creo que.."
Ghost empezo a hablar después de unos segundos de silencio,sus ojos escondidos por debajo de aquel pasamontañas, siendo siempre su escondite ante el mundo que lo había lastimado cuando intentaba ser feliz; y él no quería sentir eso de nuevo.
Cuando por fin podría ser feliz algo o alguien le quitaba esa felicidad, a él y a todos los que le rodeaban
"Yo creo que.." Él te miro, incapaz de encontrar las palabras, sentía como si su corazón fuera a salir de su pecho mientras intentaba encontrar las palabras para decirle, las peores palabras que jamás quiso decir.
Pero tenia que hacerlo, no podría vivir sabiendo que algo te pasó, a ti, quien le habías dado felicidad desde que se conocieron, simplemente la idea de que su pasado trágico, su presente sobrecargado y su futuro incierto vayan a formar parte de tus problemas ahora.
No quería quitarte el brillo y esperanza por vivir como le había pasado a él antes.
Así que te miro, suplicante, esperando que comprendieras lo que el estaba a punto de decir, probablemente la cosa de la que se arrepentiría toda la vida.
Pero eso es lo que hacía un soldado, daba la vida por su nación. Vida incluso que no fuera suya, por ello quería alejarte de él.
Porque, al final del día, simplemente terminaría arrastrándote a esa oscuridad de la que ahora se había acostumbrado.
Acostumbrarse.. suena a algo sencillo. Pero jamás lo fue.
No, no podía darse el lujo de hacer eso contigo.. Jamás.
Sin embargo, eso no lo hacía mejor.
"Creo que deberíamos conocer a otras personas"
Intento que su voz fuera indiferente,fría y sin emociones, como la daga afilada de su bolsillo, que corta sin preocupaciones o remordimiento. Sin embargo, no podía, no contigo. Pero, tenía que hacerlo..
Obviamente lo miraste con un ceño fruncido, arrugando la frente como solías hacer cuando te extrañabas de algo.
Había estudiado tus manerismo. Es meticuloso, era normal.
Sabía que arrugabas la nariz cuando algo no te gustaba, que cerrabas los ojos al reír, que solías peinarte el cabello con las manos cuando estabas cansada, la manera en la que tus ojos se abrían cuando lo veías.
¿Sabes que tus ojos se dilatan cuando ves algo que te gusta?
Tus ojos siempre parecían brillar cuando lo mirabas.
Y cada día su mente lo jodía con sólo imaginar el hecho de apagar esa luz..
"Oh.. esta broma si es buena. Casi lo creo.."
Reíste, dándole un leve empujón con su hombro. Un ligero acto que denotaba tu inconformidad.
Porque claro que él hacía bromas, a veces de mal gusto. Pero jamás de este tipo.
Bromea cosas con humor negro, y para usar el humor negro tienes que entenderlo, y entender más de lo que hablas.
No bromea contigo sobre sentimientos. No los entiende.
Suspira, y se le hace un nudo en la garganta.
Puede sentir como si se estuviera ahogando ahí mismo.
En el momento en que tu nariz se arruga su corazón late rápido. Y termina por detenerse cuando te ve torcer los labios.
Haces eso cuando estás enojada.
"Tú.. hablas enserio"
Lo miras, y puede sentir que esos ojos que brillaban al verlo ahora lo están juzgando.
Pero no, no lo juzgas, jamás lo haces (incluso en sus peores momentos)
Hay algo más ahí.. algo que le da miedo pensar.
Algo que lo carcomera por toda su vida.
"Lo lamento.."
Pensaba que reaccionarias de alguna manera.
Talvez gritarle, discutir. Insultarlo, hubiera sido mejor haberte escuchado maldecirlo a él y a sus ancestros, lo hubiera preferido mil veces antes que ello.
Nada. Solo silencio.
Odiaba el silencio en estas situaciones. Nunca le gustó las apariencias demasiado tranquilas.
El silencio antes de la tormenta.
Pero aún así,no hubo tormenta alguna.
Simplemente lo miraste. Y podía sentir tus ojos traspasando su alma. No de mala manera, talvez solo intentabas encontrar una razón a su situación.
Pero cualquier razón que pudiera darte, no funcionaría.
Siempre encontrabas una manera para solucionar sus inquietudes, con palabras sinceras y positivas.
Hacías de un problema una oportunidad futura.
Aprendías con él,y nunca intentaste cambiar su manera de pensar, pero siempre estuviste ahí para aconsejarlo.
En ese momento talvez estaba buscando eso.
Quién sabe. Talvez solo buscaba alguno de tus consejos sabios a los que solía recurrir cuando se ahogaba en sus problemas.
Tu nadabas entre ello. Pero ahora parecía que te hundias con él.
No hubo respuesta. Sólo silencio.
Pero en ese silencio,también hubo entendimiento
"Está bien"
Siempre solías entenderlo, mejor que nadie.
Todas sus ideas absurdas, pensamientos tontos que compartía contigo. No eran comunes, pero siempre lo entendiste.
Ahora lo hacías.
Y por primera vez le dolió que le entendieras tan rápido.
¿Sería egoísta pedir que de alguna manera lucharás por el, por lo de ustedes?
No, no podía pedirte eso.
Aún así, había una voz en su cabeza... Que le hablaba antes sobre esta situación.
Ahora está gritando, gritando por verte pelear. Por aconsejarle, porque bromees con esto de nuevo, porque arrugues la nariz y te enojes con el, insultes y vuelvas a su rutina en donde solías preparar café por la noche.
Aunque sabes que el odia el café en la noche, a ti te gusta tomarlo. Con mucha azúcar y leche.
¿Por qué esa combinación? No lo entendía. Pero aún así lo había formado como su rutina a la cual se apegaba como biblia.
Sin embargo.
Esa noche no hubo cafés con leche.
No hubo palabras ingeniosas.
No hubo consejos intencionados.
No hubo risas.
No hubo nada.
No hubo tú.
Entonces entendió, que no había nada.
Vi sus ojos brillar.
Eran estrellas.
Ansie su presencia en oscuridades eternas.
Pero no fueron eternos.
Fue muy tarde para mí.
Me di cuenta que no estaban brillando.
Estaban apagándose lentamente.
Entonces volví al frío abismo.