Capitulo 6

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La situación entre Kanon y Rhadamanthys ponía a Saga entre la espada y la pared muy frecuentemente. Si bien sabía que su hermano era una patada en los bajos, justamente porque era su hermano es que tenía que estar de su lado la mayor parte del tiempo. Por nimiedades podían darse pleitos entre el gemelo menor y su candidato a cuñado, y es que el peliazul insistía y se esmeraba en hacerse odiar por el inglés.

Cuando ya no pudo más, el gemelo menor terminó confesando a Milo y a Camus el enredo que se había creado en torno a Wyvern y su hermano Saga. -Diles la verdad, de todos modos tarde o temprano saldrá a la luz y alguien saldrá mucho más herido- habló fríamente el mejor amigo de Kanon -No puedo. Saga parece estar interesado en él, y yo no quisiera arruinar  lo que sea que esté naciendo entre ambos, no puedo quitarle a Saga el derecho de volver a estar con alguien- con lágrimas en los ojos replicó.

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Se estaba convirtiendo en una auténtica pesadilla para Saga el que su pretendiente estuviera en casa cuando su gemelo también lo estaba porque, sinceramente, la peor parte la llevaba el rubio teniendo que soportar las groserías e insolencias del otro. Ya había intentado de todas las maneras posibles -¿Por qué odias tanto a Rhadamanthys? ¡No te ha hecho nada!- trataba de hacerlo razonar, pero su hermano menor estaba negado y los altercados continuaron.

Por eso, cuando el menor de los Gemini le dijo la fecha y hora de su primer protagónico en el teatro, Saga no dudó en correr por dos boletos para ver triunfar a su amado hermano. Invitaría a Rhadamanthys para que lo acompañara y quizás pudieran limar asperezas.

El gran día de Kanon llegó y se preparó como nunca para la gran ocasión. El teatro se llenó y aunque los nervios lo asaltaron varias veces, se pudo controlar y se entregó al público porque estaba probándose a sí mismo que merecía ese protagónico y que este solamente debía ser el primero de muchos. Estaba tan concentrado en lo suyo que ni siquiera vio los mensajes de Saga disculpándose por no poder llegar a tiempo.

Mientras tanto, entre el público de las primeras filas, el estudiante de Leyes, Rhadamanthys de Wyvern, con su teléfono grababa toda la obra por petición de Saga, y estando allí abajo lo que vio fue algo totalmente diferente a lo que solía ver en el menor de los Gemini. No podía negar que había derramado una tímida lágrima cuando terminó la obra y el personaje del griego se entregó a la muerte como un pajarito, pero tampoco pasó desapercibida la sensual danza que ejecutó siendo esclavo. Precisamente es que ese serpenteo de caderas ya lo había visto antes y le hizo ver a Kanon de una forma más bien sexuada, aunque se esforzó por borrar aquella tonta idea de su mente.

Cuando el protagonista salió de los vestidores, su rostro fue de sorpresa al ver allí a Wyvern solo sin su hermano. Estaba parado esperándolo, pulcramente arreglado, y la sorpresa solo creció cuando este le extendió  un ramo de rosas -Ho.. Hola Kanon, estuviste espectacular. Saga no pudo venir pero me pidió grabar toda la obra, ¿quieres que te lleve a casa o puedo invitarte a cenar?- lo abordó esperando, tal vez, una respuesta sardónica. Pero al no estar su gemelo, Kanon no se sintió realmente molesto con el rubio. -Gracias por las flores. Tengo mucha hambre, no eres la persona con la que quisiera ir a festejar mi primer protagónico, pero, ¿te apetece una pizza y una cerveza?- una sonrisa fue su respuesta.

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Llevó al gemelo a un sitio de pizzas y comieron animadamente. Estando allí, se maravilló por lo desinhibido y agradable que era su acompañante; nada tenía qué ver con el imbécil que solía ser cuando estaba en su casa. Incluso le pareció mucho más atractivo que Saga porque encontró muchos más temas en común con él.

Del otro lado ocurría algo parecido, y es que el griego se sorprendió cuando el rubio demostró comprender y empatizar con su personaje, demostrando que no era solo un bruto sino que era sensible al arte y eso lo demostró a lo largo de la charla que sostuvieron. En algún punto de la velada incluso le propuso llevarlo a París al famoso Museo de Louvre si eso le apetecía. Cómo deseaba decirle que no sólo habían tenido aquella química sexual en la fiesta que había dado inicio a todo, sino que ahora sentía que realmente había una conexión profunda. Pero luego recordó a Saga y su optimismo se esfumó, aunque no por ello dejó de disfrutar la compañía.

Después de cenar, fue Kanon quien vio un local de juegos de video abierto y retó al otro -Vamos, Wyvern, no seas gallina, el que pierda tendrá que comprar el postre- fue el grito de guerra. Y entre juegos, ninguno de los dos pudo evitar roces y caricias al otro que no les fueron incómodos, sino todo lo contrario, les causaron más dudas de las que ya tenían.

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La velada tenía que terminar aunque ambos estaban pasándola de maravilla. Fue así que entraron a la casa de los gemelos y Kanon volteó a despedirse y a agradecer la compañía -¿sabes? Creo que estuvo muy bien celebrar contigo mi primer protagónico. Eres un buen tipo, me gu.. agradas- arregló el cuello de la camisa del rubio, que sonrió ante el comentario -Me encantó verte en escena. Podría hacerlo más veces. También me agradas mucho- respondió acercándose peligrosamente al peliazul.

-¡KANON! ¡RHADAMANTHYS!- La voz de Saga bajando de las escaleras los hizo regresar a la realidad, y el gemelo menor fue quien se alejó primero y corrió a su recámara tras rebasar a su hermano en las escaleras - Gracias por arruinar mi gran noche, Saga, tenías que faltar y mandar a tu pelmazo. No sabes cuánto te agradezco- azotó la puerta de su habitación tras de sí, dejando al inglés realmente confundido por el repentino cambio.

¿No habían pasado una noche increíble? ¿Es que la presencia de Saga era lo que molestaba a Kanon?

Inter paresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora