Después del accidente de su gemelo, a Saga no le habían quedado claras varias cosas. Eran detalles que no cuadraban en la escena dantesca que vio en cuanto bajó del automóvil de Aiolos. Recordaba que Rhadamanthys estaba cerca del cuerpo de su hermano, pero Milo sostenía a su igual. Lo que no entendía era porqué el rubio estaba allí a pesar de que lo había dejado esperando porque, lo admitía, olvidó su compromiso previo por marcharse al cine con su recién recuperado amor adolescente. Pero lo más intrigante era el hecho de que Kanon balbuceara el nombre del inglés durante su traslado al hospital.
Quiso indagar con Milo, pero se mostró reacio a cooperar. Lo mejor sería preguntarle directamente a Rhadamanthys, pero se sorprendió al notar que no le respondía los mensajes ni llamadas tras la fatídica noche del percance y parecía que la tierra se lo había tragado.
Llegado a este punto, Saga se sintió culpable por notar que no echaba de menos las visitas del estudiante de Leyes. Le agradaba, pero no podía darle lo que esperaba, y no entendía porqué el otro estaba tan aferrado a conquistarlo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un mensajero que llevó un arreglo floral. La tarjeta solo decía “Mejórate pronto, Kanon. Con afecto, RW”. El gemelo mayor dejó las flores junto a la cama de su hermano, quien había despertado y no había estado de muy buen humor. Cuando vio la tarjeta, su mirada se tornó oscura -Creo que se equivocó de nombre, sin duda eran para ti. Llévatelas, no las quiero aquí - reacción que hizo sospechar mucho más a Saga.
Algo había sucedido entre Kanon y Rhadamanthys de lo que no estaba enterado. Ese mismo día el gemelo menor recibió el alta del hospital y pudo irse a casa tras corroborarse que no existían lesiones internas y las externas ya habían sanado.
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En la facultad de Leyes la situación era similar. Minos y Aiakos habían notado el cambio en su amigo y roomie Rhadamanthys desde que regresó al dormitorio cayéndose tras haber bebido solo en un pub. Les intrigó que el nombre que salía de sus labios era “Kanon” y no “Saga”, y que desde aquel día no había vuelto a mencionar a su enigmática conquista.
Aunque no destacaba por ser comunicativo, terminó revelando la historia de cómo había vuelto a encontrar a Saga después del sexo en el baño del bar, y cómo había descubierto que tenía un gemelo idéntico; y luego explicó que el menor de los gemelos parecía coquetearle y ahora ya se habían besado a espaldas de Saga. Eso antes de provocar que el peliazul hiciera un berrinche y lo atropellaran por esa causa.
Un sepulcral silencio se hizo entre los dos amigos que recibían la confidencia, y vaya que era casi imposible que eso ocurriera. -Amigo… ¿No te ha cruzado por la cabeza que no le debes ningún tipo de lealtad al hermano mayor y que tal vez, tal vez, deberías concentrarte en el menor? Si sigues así, perderás a los dos- aconsejaron.
Fue así que finalmente el rubio tomó su teléfono y escribió un mensaje a Saga -Hola, ¿Podemos hablar? ¿Estarás en casa?- recibiendo una respuesta casi inmediata -Sí, claro, mañana a las 4 PM, te parece bien?-
Era momento de aclarar sus sentimientos.
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Apenas entró a la casa de los Gemini, se sintió incómodo. No había parado de pensar en las palabras de Milo que lo había acusado de estar actuando de forma injusta con Kanon, pero aún no lograba entender porqué. Y, francamente, no quería investigarlo, porque por salud mental ya no podía seguir esperando las migajas del gemelo mayor mientras ilusionaba al menor.
Saga lo recibió cortésmente pero era obvio que tampoco estaba del todo emocionado de verle. Se sentaron en la cocina y Rhadamanthys ni siquiera quiso un vaso con agua: tenía prisa y solo venía a zanjar asuntos pendientes.
-Kanon está mejor, recibió tus flores. Gracias- comenzó la plática con cualquier nimiedad el gemelo, y el otro jugó con un portavasos. -Me alegra mucho. Pero solo vine a preguntarte algo. ¿Hay alguien más, Saga?- abrió fuego el rubio, y el peliazul tragó grueso. No pudo responder.
El inglés se puso de pie y se acercó al gemelo, tomando con suavidad su mentón. Giró apenas un poco su rostro y sintió el aliento agitado del mayor de los Géminis. Cuando quiso besar los labios de Saga, éste volteó el rostro, negándose a recibir la muestra de afecto. Wyvern no consiguió ordenar sus ideas, y por alguna estúpida idea, lo volvió a intentar con el mismo resultado.
No podía definir si el rechazo le estaba causando estás náuseas o el haber levantado la vista para encontrarse a Kanon parado en el marco de la puerta de la cocina con los ojos llenos de desilusión. El gemelo menor simplemente suspiró y se dio media vuelta para abandonar el lugar: había perdido a Rhadamanthys definitivamente.
El rubio quiso ir tras Kanon por alguna razón, explicarle que estaba aclarando sus sentimientos, pero, ¿cómo iba a explicar lo que había visto? -Entiendo, Saga. Te agradezco todo, lamento haberte molestado. Y deseo que seas muy feliz- se despidió presurosamente el rubio para salir sin esperar respuesta, y fue tal su arrebato que ni siquiera se dio cuenta que dejó su billetera en la pequeña mesita junto a la puerta.
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Después de haber llorado hasta dormirse, Kanon bajó por un vaso de leche en medio de la noche y tras asegurarse que su gemelo estaba dormido. Al ver la billetera, la revisó y se sorprendió al darse cuenta quién era el dueño. Un papel con la letra de Saga a un lado le pedía -Kanon, mañana vendrá Rhadamanthys por su billetera. Si no alcanzo a llegar, ¿se la podrías entregar?-
Y entonces, Kanon tuvo la peor idea de su vida.
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Inter pares
FanfictionEl joven estudiante de Leyes, Rhadamanthys de Wyvern, cree haber encontrado el amor, ¿qué pasará cuando erróneamente avance en su relación sin notar que se ha equivocado y está en brazos del hermano gemelo de aquel que lo cautivó? Todas las imágene...