Capítulo 13

119 11 5
                                    

Después de pasar a la farmacia por una pomada para la ligera quemadura en la piel que el café hirviendo le provocó, Rhadamanthys acudió a la cita que tenía con Minos y Aiakos. No se sintió de humor realmente puesto que no podía salir de su cabeza la cuestión de Kanon, y ello lo percibieron sus amigos.

-En cuanto terminen los exámenes vamos a reunirnos con Milo y su novio Camus, podrías venir y preguntarle de una vez por todas a cuál de los dos gemelos te cogiste en el bar para que termines con esto - le ofrecieron después de escuchar la actualización de su historia. Y ese fue el acuerdo.

****

Sin embargo, los días pasaron y el recuerdo del peliazul seguía carcomiendo su mente por lo que decidió armarse de valor para buscar a Saga en su facultad. No le fue muy difícil encontrar al gemelo con las indicaciones de sus compañeros, ya que era uno de los más populares de la generación. Fue así que se dirigió a la cafetería y halló al Gemini mayor acompañado de ese otro chico de cabellos castaños que lo acompañaba el día del accidente de Kanon. Allí supo quién era el otro.

-En realidad, Saga, estoy buscando a Kanon...- inició el rubio e inmediatamente fue interrumpido -Oh, entonces ¿tuviste algo qué ver? ¿Pasó algo entre tú y mi hermano, Rhadamanthys? Porque se fue de la casa y solo me dejó un papel que decía "Por favor hazlo muy feliz, después nos volveremos a ver. Con amor, Kanon". No entendí el sentido del mensaje hasta ahora, ignoro dónde está y me bloqueó de todos lados; no ha asistido a clases y tampoco al teatro a ensayar.  No obstante, puedo imaginar con quién está- le informó el gemelo.

El inglés estaba sumamente contrariado y no sabía qué decirle al peliazul. -Lo lamento en verdad, Saga. Solo te tengo una pregunta: ¿tú y yo dónde nos vimos por primera vez?- directamente cuestionó, causando que el griego frunciera levemente una ceja -Aquí, Wyvern. Saliste de la nada a invitarme a salir un día de mierda en que todo me había salido tan mal que incluso tuve que usar ropa de Kanon- respondió sinceramente y le extrañó un poco la reacción sorprendida del rubio, quien solo hizo una suerte de ademán y salió de allí presurosamente.

Estaba entrando en pánico porque las piezas comenzaban a juntarse; necesitaba hablar con el famoso Milo.

*****

El día de la reunión que habían programado Minos y Aiakos con Milo y Camus había llegado. Estaban cumpliéndose tres semanas desde que Kanon lo había confrontado en el estacionamiento y cinco desde que se le había entregado haciéndose pasar por Saga. El inglés estaba empezando a desesperarse por respuestas, pero sobre todo por ver al gemelo.

Los tres estudiantes de Leyes pidieron unos tragos y botanas para comenzar a animarse cuando en la puerta se aparecieron dos estilizadas figuras que llamaron la atención de las mujeres y de algunos hombres en el local. Milo y Camus caminaron hasta la mesa de los futuros abogados y saludaron muy cordialmente a Minos y a Aiakos pero su rostro cambió en cuanto vieron a Rhadamanthys. -¿Qué hace él aquí?- no dudó en mostrar su inconformidad el mejor amigo del gemelo -¿Por qué no pedimos algo?- intervino Aiakos, tratando de conciliar la situación.

La pareja se sentó mirando con recelo al rubio, y vieron a Milo texteando en su teléfono con visible frustración. -No ha visto mis mensajes- alcanzó a murmurarle al oído a Camus, que torció los labios y bailó sus dedos en la mesa. Estaba volviendo a textear  cuando el francés le dio un codazo -Maldita sea, muy tarde-

Rhadamanthys inmediatamente dedujo lo que sucedía y volteó a constatar la identidad del recién llegado. Era Kanon. -Esto... buenas tardes, ¿saben? Qué tonto soy, acabo de recordar que olvidé algo en el teatro, nos veremos más tarde- se despidió rápidamente de todos los asistentes y salió huyendo del lugar. Ni siquiera meditó las cosas, el inglés se levantó ipso facto para ir tras él. Una mano lo detuvo del brazo -¿No te parece que ya has hecho demasiado daño?- rugió Camus, dejando sorprendido incluso a su pareja, que salió de su asombro y se puso de pie para empujar sutilmente al inglés hacia su lugar.

Fue un momento de total incomodidad para todos -Entonces podemos dejar de fingir, porque ustedes dos tampoco me agradan, solo vine porque necesito saber algo. ¿Saga estuvo en la fiesta a la que invitaste a Minos en el bar?-  sin tapujos habló el rubio. Milo rodó los ojos -Vaya, al fin se te ocurre preguntar, genio. No, Saga nunca estuvo en la fiesta, a quien te cogiste en el baño fue a Kanon- respondió con un dejo de ironía.

Minos y Aiakos querían intervenir pero no tenían realmente las palabras, aunque Aiakos frotaba los hombros de su amigo Wyvern, dándole ánimos. -Todo este tiempo no me dijo nada- trató de defenderse -Porque tampoco les preguntaste y directamente fuiste sobre su hermano para tratar de conquistarlo-  respondió molesto el griego -Además, ¿no estabas muy cómodo saliendo con Saga mientras te besabas a sus espaldas con Kanon? Y ahora no tienes a ninguno- sardónicamente remató Camus.

-Lo sé. Y fui un idiota. Pero amo a Kanon, lo necesito en mi mundo y lo supe el día del accidente. Solo quiero que me perdone- se confesó en un acto inusual, provocando la sorpresa en los demás en la mesa. Milo bufó -Bien. Te voy a pasar mi dirección; Kanon está viviendo conmigo. Mañana puedes ir a buscarlo y los dejaremos hablar a solas. No desperdicies la oportunidad-.

Inter paresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora