EPÍLOGO

7 1 3
                                    

— Todo esto ha sido una locura. Pero ahora tenemos una oportunidad de hacer las cosas bien. De arreglar lo que hicimos mal.

— Tienes razón. Hemos luchado del mismo lado por primera vez en mucho tiempo.

— ¿Qué hacemos ahora?

— Primero, tenemos que asegurarnos de que todos estén a salvo. Luego, podemos empezar a reconstruir. Pero no podemos hacerlo solos.

— Necesitamos a los humanos. No podemos hacer esto sin ellos.

— Yo puedo ayudar también. He visto mucho de lo que los demonios son capaces y puedo usar esa información para ayudar... — suelta Aba con seriedad.

— Gracias, Aba. Todos trabajaremos juntos en esto.

— Todavía hay mucho que hacer. Pero lo lograremos — suelta Usher con una sonrisa mirando alrededor.

Axel rascándose la cabeza.

— ¿Cómo empezamos?

— Tendremos que empezar por limpiar todo este desastre. Y luego, a trabajar — suelta Arsen riéndose por el comentario de su hermano.

— Todos, manos a la obra. Es hora de empezar a reconstruir — suelta Archie.

Archie y sus hermanos comienzan a trabajar juntos para reconstruir la Tierra. A medida que avanzan, descubren que la tarea es enormemente difícil. Los ángeles y los humanos están divididos, y muchos se han vuelto desconfiados y hostiles hacia los demás después de la guerra.

Sin embargo, Archie y sus hermanos no se dan por vencidos. Con el tiempo, comienzan a reunir a los sobrevivientes y a inspirarlos a trabajar juntos para reconstruir sus hogares y comunidades. Aba se une a ellos, y juntos trabajan para curar las heridas de la guerra y encontrar una nueva forma de vida en este mundo post-apocalíptico.

A medida que pasa el tiempo, Archie comienza a darse cuenta de que sus hermanos no son solo sus aliados, sino también su familia. Aprende a confiar en ellos y a valorar su ayuda, y juntos trabajan para proteger a los humanos y ángeles restantes de las amenazas que aún acechan en el mundo.

Pero incluso cuando las cosas parecen estar mejorando, una nueva amenaza surge en el horizonte. Un antiguo enemigo ha regresado, y esta vez está decidido a destruir todo lo que queda de la Tierra. Los hermanos de Archie se preparan para enfrentar al enemigo, sabiendo que esta vez, la batalla será aún más difícil que la anterior.

Usher se acerca a Archie.

— Hermano, sabes que siempre estaré a tu lado, sin importar lo que pase. Has demostrado tu valentía y tu amor incondicional por Aba y Nathaniel. Te apoyaré en todo lo que necesites para reconstruir este mundo.

Axel y Arsen se unen al abrazo fraternal y expresan su apoyo a la causa. Aba, todavía recuperándose de su lucha contra Baal, se une al abrazo.

— Todos nosotros juntos podemos hacerlo. Podemos reconstruir lo que se ha perdido y hacerlo aún mejor .

Gabriel se acerca a ellos, un poco cojeando por las heridas de la batalla.

— Hijos míos, han demostrado su valentía y su amor por la humanidad. Aunque nos hayamos enfrentado en el pasado, hoy veo en ustedes a unos verdaderos ángeles de Dios.

Todos se miran y asienten en silencio, sabiendo que todavía queda mucho por hacer. Pero juntos, pueden hacerlo. Y así, comienzan a trabajar juntos para restaurar la tierra a su antigua gloria, una piedra a la vez.

(***)

Ilay, que se había mantenido en silencio, se acerca a Agnes.

— Agnes, aunque no pueda corresponderte de la forma en que deseas, siempre estaré aquí para apoyarte. Juntos, podemos volver al camino recto y hacer lo correcto .

Agnes se pone delante de Nathaniel y mira a Amodeo con determinación en sus ojos.

— No te permitiré hacerle daño a Nathaniel. Ya es suficiente.

— ¿Qué te hace pensar que puedo hacerte caso a ti? No eres nada en comparación con nosotros.

— Soy una creación de Dios y tengo la capacidad de amar y proteger. Eso es suficiente para mí.

Amodeo se ríe con burla.

— Eso es lo que te hace débil. Tu humanidad te hace vulnerable y te hace creer en tonterías como el amor y la protección. Pero eso no significa nada en nuestro mundo.

— No lo creo así. Y no permitiré que lastimes a Nathaniel o a ninguno de mis hermanos.

Agnes extiende su mano hacia Amodeo y una luz brillante sale de ella. Amodeo se sorprende y retrocede un poco.

— ¿Qué es esto?

— Es el amor de Dios. Y es más poderoso que cualquier cosa que puedas imaginar.

Amodeo ríe con burla, pero sus aliados se empiezan a inquietar.

— Creo que es hora de terminar esto de una vez por todas.

Amodeo levanta su mano y una energía oscura empieza a rodearlo. Agnes cierra los ojos y se prepara para lo peor.

Pero en ese momento, una figura aparece detrás de Amodeo y lo agarra por los hombros. Es Gabriel, el arcángel.

— Eso es suficiente, Amodeo. Ha llegado el momento de que rindas cuentas por tus acciones.

Amodeo intenta zafarse, pero Gabriel lo mantiene firme.

— Ya es suficiente. La guerra ha terminado y todos debemos trabajar juntos para reconstruir lo que se ha perdido.

Amodeo finalmente se rinde y Gabriel lo lleva a prisión.

— Agnes, has demostrado una valentía y una fuerza impresionantes. Eres una verdadera sierva de Dios.

Agnes sonríe y se siente agradecida de haber tenido la oportunidad de demostrar su amor y su valía.

A partir de ese día, Agnes trabaja junto a sus hermanos y los ángeles restantes para reconstruir lo que se ha perdido. Y aunque la tarea es ardua y difícil, saben que tienen la ayuda y el amor de Dios a su lado.

El demonio levantó su espada dispuesto a atacar a Agnes, quien se encontraba indefensa frente a él. En ese momento, Ilay se interpuso entre ellos.

— ¡No te acerques a ella! — gritó Ilay, enfrentándose al demonio con determinación.

El demonio sonrió con sorna.

— Así que eres tú, el ángel enamorado del demonio — , dijo. — Es irónico que hayas elegido morir por ella...

Ilay apretó los dientes y levantó su espada, preparándose para la batalla.

— Prefiero morir por ella que vivir sin ella — respondió con valentía.

La lucha fue intensa, ambos combatientes intercambiando golpes con sus armas. Ilay demostró su habilidad en el combate, pero el demonio era poderoso y tenía experiencia en la lucha.

Finalmente, el demonio logró herir gravemente a Ilay, quien cayó al suelo herido y sin fuerzas. Agnes corrió hacia él, tomándolo entre sus brazos.

— Ilay, ¿estás bien? — preguntó Agnes con lágrimas en los ojos.

Ilay sonrió débilmente.

— No te preocupes por mí, Agnes — , dijo con dificultad. — Siempre te amaré, aunque sea en otra vida. Siempre encontraré la forma de amarte, Agnes.

Con esas palabras, Ilay cerró los ojos y su cuerpo quedó inerte en brazos de Agnes.

La tristeza invadió a todos los presentes al ver al ángel caído.

El demonio se burló de ellos, pero los hermanos de Archie se lanzaron al ataque en venganza por su amigo y hermano caído. 

Hechos de fuego y luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora