CATORCE

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Aba estaba sola en casa cuando de repente sintió un fuerte dolor en su abdomen, como si fuera a dar a luz.

Pero justo en ese momento, un hombre apareció en la habitación, listo para atacarla.

Aba trata de defenderse, pero no tiene fuerzas suficientes debido al dolor del parto.

El hombre poseído avanza hacia Aba con pasos torpes y desenfrenados, sus ojos inyectados en sangre y su boca abierta en un grito silencioso. Aba retrocede instintivamente, asustada por la violenta y descontrolada apariencia del hombre. El poseído, impulsado por la fuerza demoníaca que lo habita, se abalanza sobre ella con la intención de herirla o matarla. Aba intenta defenderse, pero su miedo y su falta de experiencia en el combate contra demonios la hacen vulnerable ante el ataque del poseído.

Corre a tomar el teléfono y marca desesperada a Ilay, no entiende nada del caos que esta ocurriendo.

— ¡Ilay, necesito ayuda! ¡Hay un demonio en mi casa y estoy sola!

— No te preocupes, Aba. Estoy en camino. ¿Puedes mantenerte a salvo por favor? Vengo rápido...

— No sé qué hacer, está destruyendo todo a su paso. Tengo tanto miedo.

— Escucha, Aba, debes mantenerte fuerte. Recuerda que tienes a Dios de tu lado y yo estoy aquí para protegerte. Respira profundamente y confía en tu instinto.

— Está bien, intentaré mantenerme tranquila.

— Llegaré lo más pronto posible. Mientras tanto, intenta encontrar un lugar seguro para esconderte. No te preocupes por el bebé, todo estará bien.

— ¡Por favor, apúrate! No sé cuánto más tiempo pueda mantenerme a salvo.

— Ya voy en camino, Aba. Aguanta un poco más.

El demonio comienza a avanzar hacia ella, con la intención de hacerle daño. Aba intenta huir, pero el demonio la acorrala en una esquina de la habitación. Parece que todo está perdido cuando de repente, una luz brillante llena la habitación. Es Ilay, su ángel guardián, que ha llegado justo a tiempo para salvarla.

Ilay lucha contra el demonio y logra derrotarlo, pero la casa ya está en llamas. Aba se siente cada vez peor y sabe que el bebé está a punto de nacer.

Ilay intenta sacarla de la casa, pero es demasiado tarde.

Aba da a luz en medio del caos y el fuego.

Finalmente, Ilay logra sacar a Aba y al bebé de la casa en llamas y los lleva a un lugar seguro. Aunque la ciudad de Black Sea sigue siendo un caos, Aba siente una paz interior al tener a su hijo en brazos.

(***)

—Hermanos, hemos llegado a la ciudad de Black Sea para luchar contra los demonios y proteger a los seres humanos...—intentó argumentar Archie mientras un nudo se le forma en la garganta al volver a la ciudad a la que todo empezó.

— Así es, tenemos que estar alerta y preparados para cualquier cosa que pueda suceder—soltó Arsen con dureza.

— Estoy listo para luchar, no permitiremos que la maldad triunfe en esta ciudad—Axel declaró mientras miró a su hermano Archie de reojo, sabía que no sería fácil.

—Debemos actuar con prudencia, no sabemos qué tan fuertes son los demonios que enfrentaremos—insistió Usher.

— Estoy de acuerdo, hermanos. Pero no debemos perder la fe en nuestra misión, estamos aquí para hacer la voluntad de Dios y proteger a los inocentes—soltó Archie tomando aire.

— ¿Y qué hay del bebé de Aba? Sabemos que los demonios lo quieren...—soltó Arsen serio.

—Debemos encontrar una manera de proteger al bebé y asegurarnos de que no caiga en manos equivocadas—respondió Archie.

Hechos de fuego y luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora