Parte 3 fin del prólogo (reescrito)

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Después de practicar con su padre. T/n estaba completamente cansado. El esfuerzo físico que había hecho era anormalmente grande para su actual estado físico. Normalmente él solo realizaba actividades pequeñas y cuando jugaba era fútbol, pero de Defensa, debido a que esta posición no requería mucho esfuerzo físico, normalmente era reservado para aquellos jugadores Que al menos normalmente en los pueblos eran de mayor tamaño para estorbarle al jugador. Por lo general, estos jugadores eran relativamente lentos y no se esforzaban por su poca capacidad de resistencia cardiorrespiratoria, así que TN no solía agitar mucho su cuerpo. Esta cantidad de esfuerzo hizo que algo despertara en él. Ese pequeño gusto por la dopamina que siente el ser humano después de hacer ejercicio Esta sensación de poder hacer algo con el cuerpo se había quedado muy marcada en él. ¿Le gustó mucho? De hecho, hay una teoría. Psicológica, que se llama el placer de ser la causa. El placer de ser la causa se resume en que los niños, cuando descubren que pueden afectar en su entorno físico de forma. Real con sus propias acciones. Hace que se sienta un placer  de generar un cambio, de cambiar la entropía en su entorno. Esto mismo se siente al hacer ejercicio cuando se hace ejercicio se siente el placer de generar movimiento mecánico a través de tus propias decisiones. El pequeño Tn estaba descubriendo esta sensación. Desde ese día se prometió mejorar su estado físico para poder sentir más esta sensación como un completo adicto a esta.

Regresamos a la hora Del recreo. TN estaba sentado en su pupitre. Degustando una deliciosa torta de jamón con quesillo, esperando al momento indicado. Para retar a su abusador, Kevin, que el día anterior lo había hecho llorar.

- disculpa Kevin, Tengo unos pendientes contigo y es que ayer no me gustó nada lo que hiciste. Quisiera que te disculparas, por favor.

-¿por qué debería hacerlo? No es que tú tengas. Algún estatus especial aquí que tu padre sea un maestro de esta escuela no te da el derecho a Ordenarme cosas. Si yo quiero Quiero golpearte, lo voy a hacer porque sé completamente en mi derecho. Además, no es como si tu fueras de aquí y te fueran a hacer caso.

-¿sabes qué? Arreglemos esto a la hora de la salida. Estoy cansado de que tú y los demás chicos abusen de mí.

Todo el salón: uuuuuuuuuu

Había algunas voces murmurantes debido a una posible pelea. Normalmente esto era hecho por los chicos populares que entre ellas se peleaban solo por pura diversión. De hecho, en esta primaria había una inusual costumbre de que, a la hora de la salida, algunos días se juntaban varios niños de diferentes grupos para pelear por diversión. Para ser como una medición de castas. Esta medición servía para saber cuál era superior, cuál tenía más derechos, por así decirlo dentro de la escuela, todo esto basado en la ley del más fuerte.

La hora de la salida no se hizo esperar después de unas normales Clases, el momento de brillar de nuestro querido protagonista Toda la tarde, el anterior día se la pasó practicando y él le tenía mucha confianza a su padre. Creía que con sus enseñanzas iba a llegar lejos y que por fin dejaría de ser abusado.

Nos situamos. En un pequeño terreno cercano a la escuela.

-¿qué pasó entonces si vas a pelear conmigo? Maldito cobarde.

-preferiría por favor que no mi insultases. Debido a que hoy se va a acabar tu ventaja. Y De hecho, con tus propias reglas, si te gano yo tendría más Derechos que tú. Porque yo sería superior físicamente.

- ¿bien, entonces Decidámoslo.

Como jueces de la inusual pelea estaban Mauricio, Jeremy y Luis. Los 3 más fuertes de Todo el Colegio. Mauricio era el líder de ellos, después seguía Jeremy y al último Luis. Luis era especialmente veloz. Jeremy era especialmente fuerte y Mauricio era una combinación de estos dos. Su genética le permitía tener unos músculos fuertes y flexibles al mismo tiempo, unas piernas capaces de hacer movimientos explosivos y unos reflejos suficientemente ágiles como para reaccionar a cualquier tipo de golpe que pudiera recibir, por lo menos a esa edad. Todo esto se podía agilizar mucho más con su crecimiento y se hacía con algo de ejercicio. Cosa que hacía con su hermano, porque era un jugador de fútbol semiprofesional y siempre corría con él.

Un artista marcial promedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora